El mercado laboral ofrece profesionales de todo tipo. Al reclutar buscamos lo mejor de lo mejor. Pero, ¿por qué buscamos afuera en lugar de formar talento interno?
Hay organizaciones que dedican tiempo, esfuerzo y recursos para formar y nutrir el talento de su gente. Aun sabiendo que la gente puede “pagar mal” esta inversión e irse a otra empresa luego de recibir esa formación. Son gajes del oficio y mucho hace la cultura de retener talento para evitar eso.
El otro extremo es invertir lo menos posible en la formación de la gente. Y al momento de cubrir una vacante ya ni miramos dentro, solo buscamos talento afuera.
Mandamos un mensaje a todos: “aquí no hay nadie suficientemente bueno como para cubrir el cargo vacante así que ni buscamos, preferimos hacerlo afuera”.
Y lo reforzamos con: “como alguna vez un puñado de gente se fue luego de recibir capacitación, ahora no invertimos en nadie”.
¿El problema? Además de desmotivar y obstruir el crecimiento laboral, proyectamos muchas ilusiones y expectativas en que vendrá alguien extraordinario a salvarnos. Pero es improbable, no negaré que está en función al mercado laboral. Un mercado de mucho desempleo ofrece mayor talento y un mercado laboral con poco desempleo no ofrece tanta diversidad de opciones.
Lo cierto es que hay talento externo que sí aportará una perspectiva fresca, no podemos ser herméticos al mundo. Tampoco podemos mandar el mensaje de que nadie es suficiente en nuestra organización y que por eso solo queda buscar afuera.
Demos la oportunidad a nuestro equipo e invirtamos en su crecimiento. Que el mensaje sea: “tenemos una vacante y te invitamos a formar parte del proceso, haremos nuestro mejor intento por buscar la persona que nos ayude a crecer como organización” y «invertimos en tu formación porque vemos tu potencial y queremos que sigas creciendo».
¡Buena caza!