Ya estamos próximos a terminar el año y muchas personas piensan en sus vacaciones. Las organizaciones se encuentran en conflicto porque no todas se encuentran en el mejor momento y el tema de las vacaciones no a todas les cae bien.
Planificación
Seamos sensibles con la situación de la organización y definamos el mejor momento para tomar las vacaciones. Hemos atravesado (y seguimos) una época muy difícil, que mantuvo al borde del cierre a muchas empresas.
No hay nada mejor que un diálogo abierto y sincero sobre la situación y las posibilidades de que el equipo pueda salir de vacaciones. En caso de que no sea posible hacerlo en su totalidad, lleguemos a un consenso para programar cuándo será oportuno.
Hoy más que nunca muchas empresas necesitan el apoyo de su equipo para resurgir y, por otro lado, mucha gente luego de haber estado sin hacer nada ya sea por un despido o por “licencia sin goce de beneficios”, tal vez las vacaciones no sean oportunas ni necesarias ahora.
De todas maneras, no podemos mantener un ritmo acelerado de manera constante. Se necesita, aunque sea un pequeño respiro y si no se puede dar en estos momentos planifica cuándo para que todos tengan claro eso y no se creen expectativas falsas.
Reemplazos
Define CON TIEMPO quién o quiénes reemplazarán a las personas que estarán fuera. En mi experiencia hay gente que sale y que no comparte con su “reemplazo” todo el conocimiento necesario ya que hay cierto temor de que la organización diga: “ya no te necesitamos”. Lo cual ocasiona que llamen a la persona durante las vacaciones e incluso que sea necesario que venga a ayudar en la organización algunos días.
Por otro lado, cuando las organizaciones no tienen claro el tema de los reemplazos se verán obligadas a llamar a las personas que se encuentran de vacaciones, confirmando el punto anterior de que hay gente “irremplazable”.
Solo tú sabes cuánto y cómo
El mundo estuvo de cabeza durante tanto tiempo y no todos pasaron por lo mismo. Por ejemplo: una enfermera que atendió durante muchos meses a pacientes con coronavirus y ahora tiene la oportunidad de salir de vacaciones debe aprovechar para descansar lo mejor posible y reponerse de todo ese desgaste.
Pero, una persona que estuvo parada 5 meses por inactividad y entró a trabajar hace un mes, no tiene tanta urgencia para salir y tomarse 2 semanas en la playa. Es cuestión de ser consciente de qué tan urgentemente necesitamos el descanso.
Dentro de la organización seguro también hubo cargos que tuvieron mucha más demanda que otros, y aunque es un tema sensible, se puede entablar un diálogo para planificar las vacaciones y dar prioridad a quienes sufrieron un mayor desgaste físico, mental y emocional.
Una correcta distribución permitirá que la organización siga marchando sin evitar que el equipo reciba su merecido descanso.
Sé flexible
Si bien hicimos mucho énfasis en la planificación, recuerda que las cosas aún no son del todo normales y ambas partes (colaboradores y organización) deben estar en alerta por si surge un cambio de planes repentino.
Puede que la organización requiera un poco más de la presencia de su equipo, o que por temas de restricciones se cancelen viajes y planes, obligando a las personas a reprogramar sus vacaciones. Será un dolor de cabeza, pero vale la pena intentar ajustarse a las circunstancias, SIN CAUSAR DESORDEN.
Lo que no está incluido en este punto es tomar las vacaciones de manera intermitente o que de un día para el otro un colaborador desaparezca sin nombrar reemplazo ni nada.
Que las vacaciones se realicen de buena manera, especialmente considerando las circunstancias actuales, depende de todos.
Buena caza.