Al relacionarme con organizaciones muy diversas finalmente caigo en cuenta de lo que todas tienen en común: Personas y Dinero.
De hecho, por definición, una organización empresarial es un conjunto de personas organizadas que alcanzar un fin. Que para la mayoría de las empresas es generar rentabilidad.
Personas y Dinero
En estos 10 años de experiencia oficial muy de cerca a las organizaciones y otros 7 “extraoficiales” siempre estuvieron presente las personas y el dinero, su interacción, sus logros y conflictos; de tal manera que pude apreciar lo esenciales que son en las organizaciones.
Una sin la otra
Puedes tener un grupo excelente de gente, grandes profesionales y con profundos valores alineados con tu propuesta de valor. Pero no puedes pedirles que trabajen gratis o que lo hagan sin ningún recurso (adquirido con dinero).
Por otro lado, puedes darle prioridad al dinero sobre las personas, recortar personal despiadadamente, mantener los salarios lo más bajo posible, exprimir lo más posible cada minuto del tiempo de todos los integrantes. Esto puede tener éxito financieramente, pero carece de humanidad.
El dinero se gestiona, las personas no.
El departamento de finanzas de las organizaciones es tan viejo como las pirámides, pero el de “gestión humana, talento, personas, etc.” no deja de cambiar, algunos opinan que “evoluciona”, yo pienso que hasta ahora no da en el clavo. Porque las personas no pueden “gestionarse” como si fueran recursos o «lo más valioso de nuestra organización», las personas son la organización.
Creo en una gestión donde recordamos lo siguiente (y justo lo posteó Simon Sinek ayer):
- Los proveedores son personas
- Los clientes son personas
- Los colaboradores son personas
- Nosotros somos personas
Cuando empiezas a comprender eso en su totalidad (proceso en el que me embarqué, pero siento que no he recorrido ni el 1%), todo tiene un matiz diferente. Más humano, más claro y al mismo tiempo más oscuro al ser las personas un océano de emociones, miedos, sensaciones, etc.
La verdadera cara del dinero
Y así, como dice Seth Godin, el dinero es la historia que cada quien se cuenta al respecto. He visto muchas caras de él, y ahora pienso que siempre ha sido un espejo que reflejaba y amplificaba lo que estaba dentro de las personas.
No recuerdo quién dijo: “desearía que todos tengan mucha fama y fortuna para que vean que no te hace feliz”. Obviamente el dinero es un recurso necesario para subsistir, ya que hoy nadie sale a cazar su alimento, vas y lo compras, y para ello es necesario tener dinero, así como para habitar un lugar, disponer de ropa, etc.
El dinero en sí tiene dos caras, una que permite atender necesidades básicas y otra que cae en el despilfarro, la codicia y hasta la locura.
Una cara necesaria en la economía en la que vivimos y otra cara oscura, que seduce, atrapa y engaña, nos hace creer que por tener dinero “valemos” más que otras personas, rompiendo una ley tan universal como cierta de que al final nos vamos como vinimos, sin nada.
Miedo y codicia, aunque tan humanas nos hacen actuar de manera tan inhumana por el dinero. Ilustran cómo nuestra obsesión por el dinero tiene raíces muy humanas. Otra vez caemos en la relación de Personas y Dinero, por ahora inseparables.
En el contexto actual, en nuestra economía, el dinero es un motor que da dinamismo y permite que muchas cosas avancen, se crean fuentes de empleo, permite que muchos bienes básicos lleguen a más personas, mejora nuestras vidas en muchos sentidos, generan bienestar. Sin dinero es imposible emprender un proyecto, reunir un equipo extraordinario, o cubrir las necesidades básicas siquiera.
¿Entonces qué?
Entonces familiaricémonos con ambos elementos fundamentales en cualquier organización. El equipo de personas que hace que todo sea posible y los recursos para ello y con los que podemos alcanzar sostenibilidad en nuestros proyectos.
En ambos hay luz y sombra. El mayor reto de un líder es profundizar la comprensión de que todos los stakeholders son personas, tan humanos como hace eones, que quienes están en su equipo requieren un líder que haga brillar toda esa humanidad. Y al mismo tiempo, gestionar el dinero, distribuirlo, obtenerlo a cambio de haber generado valor, no dejarse atrapar por la codicia o el miedo, gestionarlo sabiamente para seguir creando grandes cosas.
Comprendiendo a las personas y al dinero, en ese orden.
Buena caza.