Análisis del Libro El Lobo de Wall Street. Perspectiva empresarial.

El Lobo de Wall Street

Terminé el libro El Lobo de Wall Street. Además de ser una historia extraordinaria la de Jordan Belfort, encierra muchas lecciones desde una perspectiva empresarial y de liderazgo.

SPOILERS A PARTIR DE AQUÍ. Si quieres leer el libro, dejo el link:

Talentos indudables

Indudable el talento que tenía (imagino que lo sigue teniendo) Jordan Belfort en el mundo de las finanzas. No solo eso, su libro describe una forma de pensar de un estratega total, con una extraordinaria capacidad de leer a las personas.

Con una sorprendente capacidad de establecer un nexo que iba más allá de las palabras. Hábil en la lectura del lenguaje corporal, y sobre todo, un comunicador eximio con la capacidad para liderar a las masas (sus Strattonites, como él llamaba a sus colaboradores) para conseguir sus objetivos.

También es indudable que hizo mal uso de esos talentos para, primero, manipular a su gente; un pasaje describe perfectamente cómo intencionadamente ofrecía salarios exorbitantes a su equipo, y al mismo tiempo los empujaba a gastarlo casi todo para tenerlos siempre “consigo”. Y ese es solo un ejemplo de cómo pensaba para obtener lo que quería de la gente.

Además de ser un maestro de la manipulación y entender perfectamente la psiquis de la gente para usarla a su favor (de él, no de ellos), entendía a cabalidad las reglas del mercado en el que se movía. Y aunque decidió romperlas, durante mucho tiempo lo hizo sin que la entidad regulatoria (SEC) pudiese notarlo, hasta que todo se hizo tan grande y eventualmente se desplomó. Lo cual me lleva a pensar si hubiese salido «limpio» de haberse mantenido dentro de ciertos límites en su ilegalidad.

Cultura Organizacional

Los excesos, la locura y como él le llama, la “insanidad” son atributos de una cultura de trabajo única. Que hacía que la gente se empuje al límite para lograr sus objetivos de ventas y ser parte de lo que según ellos era un lugar extraordinario para trabajar.

Seguro mucha gente tiene sus reparos morales sobre esta cultura, pero desde la perspectiva empresarial nos deja la lección de crear un lugar único, diferente, y alineado a lo que él era. Una cultura genuina que dejaba de lado lo «politicamente correcto» y destilaba realidad (con mucho hedonismo) pero con la que su gente se identificaba.

Más allá de los preceptos morales, no podemos pasar por alto ese entorno que creó dentro de su organización y que durante mucho tiempo representó para ellos un crecimiento vertiginoso.

Sin sucesor ni reemplazo

Cuando es forzado a dejar Stratton Oakmont y alejarse del mundo del trading y la inversión, Jordan se ve obligado a dejar a su gran amigo Danny a cargo, sabiendo que sería el fin de la organización, y así fue. No dejó nadie que pudiese suceder su rol en la compañía y finalmente cerró, llevándose consigo a otros emprendimientos satélites que tenía en su momento.

Se hizo imprescindible y finalmente nadie pudo continuar lo que había iniciado. Especialmente su amigo Danny, quien se encontraba atado a las mismas adicciones y vicios.

Codicia

Deja claro que su postura es la de hacer y tener dinero, en grandes cantidades. Lujos, derroche, y excesos, muchos excesos. Si bien se romantiza un poco la idea de una vida hedonista, también se muestra la cara más vistosa de la codicia desmedida.

Las consecuencias se muestran casi cada dos o tres capítulos, problema tras problema. Conflictos familiares, paranoia, desenfreno, hasta pensamientos suicidas.

Se fue armando una especie de castillo de naipes hasta su colapso final.

Una cara terrible de lo que está detrá de una adicción y cómo alguien inteligente racionaliza su actuar engañándose con que todo está bajo control.

Me pregunto si todo ese talento mejor dirigido hubiese resultado en algo más frucífero para Jordan, o tal vez fue porque fue tan real consigo mismo que logró lo que logró aunque finalmente haya perdido casi todo.

El Lobo de Wall Street

Siento que esta figura del “Lobo de Wall Street” representa todo ese lado feroz y primitivo que tenía, aquello que lo llevaba a buscar el dinero a costa de lo que fuere. Eventualmente el personaje se come a la persona y ya no hay cómo distinguirlos.

Podemos criticarlo por haberse dejado devorar por el lobo, pero como decía Jung, es cierto que un héroe no es quien se deja devorar por el dragón, pero tampoco lo es quien ni siquiera tiene el valor de enfrentarlo.

Vicios y la espiral destructiva

Un protagonista del libro es la adicción y sus demonios. Un hombre talentoso, brillante según sus propios términos, presa de los vicios.

Más que la codicia, fueron los vicios los cuales derrumbaron un imperio de trading y transacciones en bolsa.

Ahora se habla más de que las adicciones son una enfemerdad y no un crimen. ¿Se dice lo mismo de la codicia? Bueno, independientemente de ello, el libro destaca cómo fueron decisivas al momento de perderlo todo.

Una industria podrida

Las críticas le llueven a Jordan Belfort por sus “proezas” pero pasamos por algo que durante el libro los personajes que lo rodean cambian, pero se mantienen algunas de sus cualidades.

Todos viven una vida de excesos, buscan hacer dinero fácil y rápido, son muy agresivos con sus técnicas de ventas. Comparten vicios y adicciones.

No sería la única fuente que revela estas cosas de la industria financiera norteamericana, especialmente Wall Street. Tenemos el caso de Bernie Maddoff, y varios documentales que revelan cómo se malgastaba el dinero que recibían los brokers que tranzaban bonos subprime. ¿Significa que todos son así? Quiero pensar que no, o al menos que algunos ya se reformaron y que hay algo de transparencia en esta industria.

Lastimosamente no es la única, y las grandes tecnológicas van encaminadas a esto con programadores jóvenes que ganan grandes sumas de dinero y que van cayendo poco a poco en adicciones y derroche.

¿Es esto malo? No puedo subirme a un pedestal y empezar a criticar moralmente a estas industrias que a su vez juegan un gran papel dentro de la economía global.

Sí me preocupa cuando estas burbujas podridas crecen hasta reventar y dañan a un montón de gente inocente mientras los causantes solo pasan unos meses en la cárcel y salen para disfrutar parte de sus millones (o sus fortunas completas). Ya queda a criterio de cada quien.

La Vida de los Ricos y Disfuncionales

Como él mismo la llama, encierra para mí una lección importante para cualquier líder. El dinero no arreglará una “disfuncionalidad” a nivel personal, familiar, laboral o social. En todo caso las amplifica si se lo permitimos.

¿Una vida bien vivida?

Hay posiciones encontradas sobre este aspecto, leí los reviews del libro para no poner algo sesgado. Le llueven críticas por haberse aprovechado del sistema y de sus clientes con tácticas agresivas de ventas. Además de no haber estado más de 22 en prisión, cuando mucha gente cree que debería haber pasado más tiempo ahí como consecuencia de todo el dinero que lavó, la gente a la que engañó y los millones que “ganó” ilegalmente.

Por otro lado, e incluso la película hace esto, hay quienes idealizan esta vida hedonista de derroche como que lo que vivió no le será arrebatado. Que ya lo disfrutó y que quienes lo critican son personas que desearían poder vivir lo que él, si tuviesen la oportunidad.

Tal vez una vida (incluso la de Jordan que actualmente sigue en marcha con su podcast, sus consultorías en ventas y demás) no puede teñirse solo de blanco o negro, de “malo” o “bueno”, de una manera tan general y simplista. Yo sigo ponderando todo lo que leí para emitir mi propio juicio de valor al respecto, pero no para lanzar críticas, sino para usarlo como algo que me sea útil en mi desarrollo. Finalmente, el camino es tan personal, ¿quién puede decir tan fácilmente lo que está bieno mal?

¡Buena caza!

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