Decidir en qué destinar una parte de nuestros ingresos no es difícil. Lo primero es atender necesidades básicas operativas. Lugar dónde operar, insumos, material y ropa de trabajo, y demás elementos que requerimos para atender lo primordial.

Posteriormente debemos cubrir nuestras obligaciones, préstamos básicamente. Pueden ser de la fábrica, algún otro activo, deudas pasadas con proveedores, etc.

Luego normalmente se establecen fondos de ahorro para algún proyecto venidero. Pequeños abonos que nos permiten juntar dinero para un objetivo específico (compra de algún equipo pequeño, u otra inversión menor).

Luego viene lo difícil: cómo decidir en qué invertir.

¿Por qué es difícil? Pues porque cuando tenemos a disposición, digamos $10,000 o $100,000, se abre un abanico de posibilidades, entre las cuales destacan:

  • Invertir en un activo (que de por sí tiene otro mundo de posibilidades)
  • Adelantar el pago de una deuda para reducir el pago de intereses (si tu acuerdo con el acreedor así te lo permite)
  • Destinar el dinero a refaccionar o reparar algo pendiente.
  • Invertir en tu formación o en la de tu equipo.
  • Aumentar tus fondos de ahorros (tener el dinero “guardado”).

Costo de Oportunidad

Algo a considerar por defecto es el costo de oportunidad (que algunos autores complican demasiado) pero que en resumen es el decidir en base a la opción que representa una mayor ganancia o ahorro en comparación con las demás.

Por ejemplo: Si tengo $100,000 y, mi análisis arroja que invertir en una máquina me dará un retorno de 3% pero que en el banco puedo obtener un retorno del 6% claramente entre ambos la opción más conveniente es la del banco.

El costo de oportunidad también puede definirse como el “costo de la alternativa a la que renunciamos”. En el caso de nuestro ejemplo el costo de oportunidad es del 3% porque entre ambas opciones fue esa a la que renunciamos y por lo tanto el camino que tomemos debe darnos más de ese retorno.

Comprender el entorno

Una decisión no puede tomarse tan fríamente solo guiada por el costo de oportunidad. Primero porque el mercado es cambiante y volátil. Es decir que la inversión que hoy nos arroja un retorno del 8% en un par de años puede representar una pérdida.

Entonces, es necesario comprender nuestro entorno, leer correctamente las nuevas tendencias y cambios en los comportamientos de las diferentes posibles inversiones.

Por ejemplo: hay gente que está invirtiendo en criptomonedas solo porque está en boga, aunque no llegan a comprender totalmente cómo se comporta el mercado. Esto hace que estés a la merced de la suerte, es como jugar al póker solo porque todos lo están haciendo sin saber que hay estrategias y que comprendiendo bien el juego puedes optimizar tus ganancias o evitar pérdidas desastrosas.

Estrategia

Para una buena estrategia es imperativo entender tu perfil de inversionista, ya hemos conversado al respecto en un par de oportunidades.

Conócete para diseñar una estrategia que te permita estar cómodo con tus decisiones, puede ser la de diversificar en ciertos activos o por otro lado tal vez quieres deshacerte de todas tus obligaciones y te sentirías más seguro con una organización libre de deudas.

Todo depende de ti. Conocerse es muy importante para tomar decisiones, recuerda que el abanico es muy amplio y como líderes debemos estar cómodos con las decisiones que tomemos, incluso si no son las más rentables a corto plazo, la tranquilidad de tomar decisiones coherentes con nuestros propios atributos puede ser un beneficio a largo plazo.

Planifica

Es importante planificar financieramente lo que esperamos lograr cada 6 meses. Es imposible planificar a largo plazo puesto que muchas variables entran en juego y uno no puede estimar con cuánto dinero estará en caja luego de 20 años. Peor sí podemos planificar a 6 y 12 meses y definir con antelación lo que esperamos hacer con esos recursos en caso de que nuestros resultados y nuestras metan cumplan las expectativas.

Es más fácil planificar un excedente de $100,000 para nuestras organizaciones y saber qué haremos con eso (aunque de ello solo logremos un resultado de $80,000) que recibir los $100,000 y no saber qué hacer o estar tomando decisiones a la rápida, o, pero, no tomando ninguna decisión al respecto.

Instinto

Finalmente, según el psicólogo Carl Jung, hay un tipo de personalidad en el que predomina el instinto. Gente que sin saber exactamente por qué siente que hay un camino que debe tomar. Si ese es el caso y confirmamos que el instinto es parte fuerte de nuestra psiquis, debemos considerar incluirla en nuestras decisiones. Puede que a simple vista ese camino no sea el más rentable, pero a la larga puede que sea la mejor decisión que hayamos tomado en la vida de nuestra organización.

La colocación de capital siempre es un tema complejo, por todas las posibilidades. Pero creo que lo más importante es decidir, la inacción siempre es el enemigo. Aunque decidamos guardar el dinero en una caja fuerte, DECIDAMOS.

Tip Extra

Cuando se trata de evaluar resultados nunca uses la frase “era que haga esto o lo otro” porque en ese momento no lo sabías. Y obviamente ahora que lo sabes todo se ve como una decisión obvia, pero no tiene sentido lamentarse. Siempre hay la opción de levantarse luego de una mala decisión. Y como líderes sabemos que siempre tratamos de tomar las mejores decisiones. No hay porqué ser tan duros y llorar sobre la leche derramada, especialmente cuando hicimos nuestro mejor esfuerzo para que no se derrame. Decide, avanza y que tengas mucho éxito.

Buena caza.