Quienes están a cargo de equipos y organizaciones enfrentan algo denominado Dicotomía del Líder, término y concepto inspirados en un capítulo extra del libro Extreme Ownership de Jocko Willink.
Una de las más complejas es la dicotomía que se presenta al momento de balancear la responsabilidad entre cumplir los objetivos de la organización y no hacerlo a costa del bienestar de quienes intervienen en la misma. Nuestra responsabilidad de cumplir el propósito de la organización, de generar valor y nuestra responsabilidad para con nuestro equipo.
Y no es la única dicotomía, aunque podría decirse que son variaciones de la más compleja que acabamos de comentar, un líder enfrenta varias, hasta en las situaciones más pequeñas. Otro ejemplo es balancear la calidad del producto por un lado y mantener un precio competitivo por otro. O lanzar una nueva línea, pero eliminar otras para equilibrar el peso dentro del portafolio de servicios/productos.
Está en todas partes, porque gira en torno a recursos finitos, y siguiendo los principios de economía, para disponer de un recurso en un proyecto, debemos removerlo de otro.
Y una acción tendrá inevitablemente una reacción. Pero que esto no nos paralice. El reto no es la dicotomía como tal, sino seguir avanzando pese a ella, tomar decisiones y lidiar con las consecuencias, planificadas en lo posible, pero seguro con imprevistos también.
Nada garantiza el éxito, pero al ser parte de un sistema dinámico, la paralización garantiza el fracaso.
Es perfecto usar la dicotomía como excusa para la inacción, porque siempre nos viene a la cabeza una posible consecuencia, o una «razón» de por qué es mejor no tomar una decisión, pero la organización es un sistema dinámico y si un líder no ejerce su rol alguien más tomará las decisiones, o simplemente se moverá a la deriva al vaivén de la dicotomía hasta chocar contra un acantilado. Quiero mencionar la autogestión porque muchas personas la pintan como una empresa sin liderazgo, y es todo lo contrario, es haber despertado el liderazgo a lo largo de muchas personas en la organización, no se trata de ir a la deriva, sino de alinearnos e ir juntos, valga esa aclaración.
Volviendo al tema de la dicotomía, requiere esfuerzo reconocerla, a veces podemos confundirnos, pero con la práctica aprendemos a verla, a que venga a nuestra mente la contrapartida a una decisión o a una situación, a una posible reacción a nuestra acción, y es necesario, porque no ver la otra mitad hará imposible que logremos el balance, solo cuando ponderamos ambos podemos identificar la dicotomía que se presenta ante nosotros y afianzará nuestra decisión, o nos obligará a replantearla, pero siempre avanzando, evitando que la inercia nos atrape.
¡Buena caza!
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