¿Existe la productividad tóxica? Parece ser que no hay tal y que debemos hacer lo más que podamos, trabajando lo más posible para lograr producir mucho más. Pero esto de buscar la productividad extraordinaria se está llevando al extremo, trabajar 24 horas al día, no tomar vacaciones e incluso si lo hacemos estar conectados por si acaso.
No solo eso, buscamos ser imprescindibles, escalar lo más rápido y lejos posible, vender más, gastar menos.
Una espiral que no se detiene jamás, el único problema, todo a través del uso de recursos finitos, uno especialmente, nuestro tiempo, sacrificamos tiempo con la familia, con los amigos, con nosotros mismos porque pensamos que es el derecho de piso, el gran sacrificio para lograr el “éxito”.
¿Qué es ser productivo?
El término se define como producir más con la misma cantidad de recursos o menor. Se tergiversó cuando empezamos a medirlo todo en términos de dinero, dinero generado versus los recursos utilizados. Ya todo gira en cuánto genero en relación a cuánto gasto.
Somos una ineficiencia andante
Lo irónico es que las tendencias dictan que hay que producir por producir, hacer por hacer, estar horas sentados trabajando, y parece que estamos ignorando que somos una máquina de generar ineficiencia.
Hasta 30% de la mercadería en los supermercados se desecha por vencimiento o mal estado. Un motor de combustión interna (el de los autos) solo aprovecha hasta un 35% del combustible.
Y lo mismo con la publicidad, miles de millones de dólares para llegar e interrumpir a la mayor cantidad de gente de las cuales la tasa de conversión es menor al 5%.
Es incontable la cantidad de copias (físicas o digitales) que solo se generan porque sí, para archivarlas, sin mayor uso, sin ningún propósito, pero ocupan espacio, requieren recursos, mantenimiento, etc.
Es como una hoja en blanco, la tinta con la que escribimos solo cubre una cantidad minúscula, el resto no fue “utilizado” como tal. Mucha gente está sentada horas, más de 8, pero sin generar nada. Somos un inmenso sistema ineficiente. ¿Qué estamos vendiendo con esta moda de la ultra productividad?
No es lo que trabajamos, sino lo que logramos
Si tenemos un vendedor que todas las mañanas entra una hora antes que el resto y se va una hora después. Pero nunca pasa ni el 40% de sus objetivos. Y otro que mide sus tiempos, algunos días trabaja menos tiempo, pero se dedica a lograr ventas más sustanciales y siempre pasa el 100% de su meta. ¿Cómo actuarías? O peor, ¿qué hacemos con el colaborador que por llegar siempre al 120% perdió a su esposa, tuvo un burnout y ahora se encuentra atravesando una profunda depresión? Con dinero tal vez, pero inmerso en la soledad o los vicios.
Persiguiendo el dinero y satisfacer los instintos más básicos. Fundamental en la pirámide de Maslow, satisfacer nuestras necesidades más básicas. Pero parece que no hemos subido de escalón y con esta cultura de la ultra productividad, falsa productividad mientras seguimos siendo brutalmente ineficientes, tampoco estamos satisfaciendo nada más que algunso caprichos de unas cuántas personas.
Se vende la libertad financiera como llave a la felicidad, y no haremos una apología a la pobreza, pero no es el único gran elemento salvador que redimirá todo nuestro ser. El dinero es parte de todo el complejo laberinto que es nuestro interior. Dicen que a partir de $12 millones todos los ricos son lo mismo, pero aún así queremos más, siempre.
¿No es esa otra señal de extrema ineficiencia? Dinero acumulado por unos pocos que ya ni siquiera es utilizado mientras el 99% del resto tienen carencias y un tanto de esa gente no cubre ni sus necesidades básicas.
Y no puedo olvidar mencionar la revolución industrial que nos dio muchísimo pero que arraigó mucho más la idea de que más horas equivalen a más cosas producidas y en muchas industrias se trató de estandarizar lo más posible el actuar de un ser tan diverso como son los humanos, y ante la imposibilidad de hacerlo ahora se abren las puertas de la automatización para ello. Dejando atrás a quienes sacrificaron horas para producir alimentos que ahora terminan en ese 30% de desperdicio que se genera.
Nos colgamos de pocos logros
Y lo peor es que nos colgamos de pocos logros, innovaciones que impactaron nuestra realidad y que siguen siendo parte de nuestro día a día. Apple vivió durante décadas del Apple 2, Microsoft sigue dependiendo de su sistema operativo Windows y del paquete de Office, del cual durante los últimos años solo ha cambiado el ícono.
Tal vez la ultra productividad tóxica no es la llave a la innovación, ni a la reducción de la ineficiencia. Se vende como una utopía más de que ser ultra productivo nos permitirá tener mejores resultados y, por ende, estar en mayor bienestar.
Dudo que sea así. No tengo una respuesta, pero sí me quedo con la sensación de ser parte de un gran sistema ineficiente que, bajo la consigna de “producir más”, solo alimenta su propia irracionalidad.
No se trata de…
¡No se trata de desmerecer todo lo que se logró! Ni de ir en contra del progreso que nos trae salud, mayor bienestar y avances tecnológicos.
No se trata de llevar un estilo de vida parasitario y colgarse del esfuerzo de otras personas, sino de canalizar ese esfuerzo en resultados concretos, que no requieran un sacrificio innecesario de tiempo, sino que se enfoquen en los resultados, en el valor aportado.
No se trata de cuántas horas trabajamos, sino de cuánto impactamos. Y eso no es tan fácil como sentarse durante horas, aquí sí hay que producir.
¡Buena caza!