La figura del Rey o Reina de la organización es un arquetipo que se refiere al máximo representante de la misma. Aquella persona que lleva adelante la organización general del equipo, y sobre quien recae la responsabilidad de que se logren las metas.
Es lo usual que este arquetipo se proyecte en el cargo de CEO, al ser este cargo la máxima autoridad de la organización. Hoy comparto un pequeño análisis sobre la proyección de este arquetipo sobre un cargo tan importante.
Misión del Rey o Reina de la Organización
Ahora el rol de un CEO es el de “maximizar el valor de la empresa para los accionistas”. No lo comparto en absoluto. Ya que para maximizar el valor muchos CEO hacen lo que sea, prácticas inhumanas, olvidan la ética, y todas las acciones giran entorno a maximizar el valor, vender más y costar menos a como dé lugar.
Tradicionalmente esta figura tiene como objetivo el de traer prosperidad y bienestar. En algún momento ese objetivo tan interesante se tergiversó y cambió por el codicioso eslogan de “maximizar valor financiero” y aunque hay algunas tendencias menores que luchan por un mejor propósito lo cierto es que la gran mayoría de empresas se sigue manejando bajo ese paradigma que si la empresa vale más, es mejor.
Escribiendo en el anterior post caí en cuenta de que como líderes y organizaciones nuestro verdadero tesoro es alcanzar el bienestar (https://perflex.es/espiritu-y-oro-de-la-organizacion/)
Lograr el bienestar de nuestra organización implica un saludable desempeño financiero. Pero no queda ahí, el bienestar incluye también a nuestros colaboradores, clientes y otros stakeholders. Y a nosotros mismos, ¿quién no conoce un CEO que lo sacrificó prácticamente todo por llegar y mantenerse ahí.
La Figura del Líder Sabio
Sé que es fácil decir: “como líderes debemos alcanzar el bienestar de nuestra organización, su entorno y nosotros mismos”.
Es algo subjetivo hablar de bienestar, pero así también lo es hablar de “maximizar valor financiero” puesto que para ello debemos considerar nuestro perfil de riesgo para determinar qué significaría “maximizar valor”. Hay estrategias de invertir y mantener (hold) donde apuntamos a largo plazo y el famoso trading y la especulación donde esperamos generar ganancias en los movimientos bruscos (y no tan bruscos) del mercado.
De la misma manera, el liderazgo exige un breve (pero constante) ejercicio de introspección para determinar con mucha sabiduría, ¿qué es lograr un estado de bienestar?
Para hacerlo el líder debe conectar no solo con su aspecto racional, sino también con sus elementos emocional, perceptivo y hasta intuitivo.
Un equilibrio de esa cuaternidad de aspectos de nuestro interior puede ayudarnos a “clarificar” la visión de bienestar y alcanzarla. Este es un concepto que aún sigo explorando, pero del cual espero escribir pronto.
De todas maneras, un líder sabio busca bienestar y prosperidad junto a su equipo, más allá del codicioso objetivo de “maximizar el valor” para unas pocas personas.
La Sombra del Líder
El cargo de CEO conlleva muchos riesgos, no solo por la demanda y exigencia inherentes, sino a un aspecto sombrío que conlleva el tener ese poder.
A mi parecer uno de los mayores retos no solo es alcanzar la prosperidad, sino evitar caer en la oscuridad y dejarse absorber por la comodidad del “trono”.
Haciendo una analogía del rey enfermo de El Señor de los Anillos donde su “consejero” lo mantiene débil, enfermo y lleva a su reino al borde del abismo.
Y ya que estamos hablando de reyes, en la antigüedad, hasta uno de los mayores referentes de un “Rey Sabio” tuvo una época oscura, hablo del Rey Salomón y su época de lujuria, amoríos y demás cosillas pecaminosas. Haciendo finalmente que él se aleje de su responsabilidad y sumiéndolo casi fatalmente en esa vorágine.
Según Carl Jung la sombra debe ser integrada para alcanzar la realización individual. Este también es un tema que estoy estudiando y espero que pronto pueda escribir al respecto.
Compatibilidad
Dado el gran reto que conlleva liderar la organización (en este post ilustrado mediante al arquetipo del rey o reina), queda claro que asumir ese cargo requiere preparación.
No quiero caer en eso de “¿un líder nace o se hace? ahora, pero, para ser un buen CEO y, por lo tanto un buen líder, es necesario entender las implicaciones del cargo y estar preparado o preparada para lidiar con aquello.
Ese cargo conlleva una gran responsabilidad para la cual debemos entrenarnos, prepararnos y estar a la altura cuando la situación así lo exija.
No todo es un lecho de rosas, debemos lidiar con muchos conflictos internos y amenazas externas. Ser líder no solo es dar órdenes, es estar presente en la lucha y mantener a todos alineados para lograr nuestro fin. Me falta leer más al respecto pero no puedo separar el arquetipo del guerrero con el del rey/reina.
Puede que tengamos la mejor intención, pero sin la preparación adecuada podemos obtener resultados diametralmente opuestos a los que buscamos:
Poder detrás del trono
No he explorado mucho este aspecto, pero es evidente que el poder no se concentra en un 100% en el rol del líder.
“consejeros”, Junta de directores, Junta de Accionistas, y otros grupos de poder se encuentran alrededor, detrás y hasta por encima del rol del líder, CEO en nuestro post.
No puedo más que mencionar la importancia de detenerse alguna vez y tomarse el tiempo para analizar cuál es la estructura de poder que rige la organización. Aquí intervienen no solo lso responsables de la operación (CEO) sino también la estructura propietaria de la organización y quienes rodean y «aconsejan»
No es ver el organigrama, sino la verdadera estructura de poder, aquella que no se ve, pero se siente.
Reinado con fecha de vencimiento
Jung menciona que el arquetipo del rey (o reina) más allá de la esperanza de prosperidad implica también la forma en la que abandonará ese rol.
Hace referencia a que un líder tiene dos caminos:
- Perpetuarse en el “poder” hasta que sea derrocado y reemplazado por alguien más.
- Saber cuándo deponer el cargo y realizar la transición.
En otras palabras, el cargo viene con una fecha de vencimiento. Este es un tema muy difícil para muchos CEO porque cuesta tanto llegar que uno no quiere irse. Aquí entra el tema de la sombra del cargo que nos invita a quedarnos más tiempo del que debemos, o del que somos aptos.
El desapego, velar por la continuidad de la organización, encontrar alguien suficientemente bueno, decidir si seguir o vender (en caso de que el líder sea también propietario), etc. Temas muy profundos que requieren una reflexión y mucha contemplación para tomar la mejor decisión.
De momento podemos decir que el cargo es muy demandante, a su vez muy “atractivo” y conlleva una gran responsabilidad no de, solamente maximizar el valor financiero, sino el de traer prosperidad y bienestar.
Buena caza.