Estoy leyendo un libro que trata sobre alcanzar nuestro verdadero potencial, de ir más allá del esfuerzo. Cuando lo termine haré un post, es Can’t Hurt Me de David Goggins. Pero quiero adelantarme con una reflexión sobre salir de nuestra zona de confort.
Spoilers a partir de aquí.
Nuestro verdadero potencial
Este concepto quedó conmigo. ¿Cuántas personas andan por la vida rindiendo a un mínimo de su máxima capacidad? Transitando el camino de la mínima resistencia.
Personalmente considero una tragedia que la vida haya pasado sin que nos hayamos acercado a descubrir nuestro máximo potencial, a habernos puesto a prueba para cumplir nuestro propósito.
Y como líderes, no solo tenemos la responsabilidad de lograr los mejores resultados con nuestro equipo, sino también de dar lo mejor de nosotros, de empujar los límites y ser sobresalientes. No comparándonos con los demás, sino con nosotros mismos, buscando ser nuestra mejor versión.
Un líder no puede exigir a su equipo aquello que no da.
Una mala mano
La historia de Goggins es de superación, violencia doméstica, abuso físico y psicológico y muchos momentos de duda antes de entrar en una mentalidad de guerrero que le permite resistir las pruebas más duras al momento de entrar a los SEAL (un equipo élite de la fuerza naval de EEUU).
Todos nos dejamos cautivar por historias de superación, porque proyectamos en esas personas aquello que nosotros también podemos lograr. Pero proyectarlo no es suficiente, debemos integrarlo a nosotros y usar todo eso que tenemos dentro para vivir la mejor vida que podamos. No se trata de codicia y de asumir que una buena vida es una vida de despilfarro, sino de una vida de bienestar.
Por otro lado, una “buena mano”, una vida cómoda, también puede ser un obstáculo que evita lanzarnos a la aventura por alcanzar nuestro máximo potencial. A veces estamos tan cómodos que no encontramos razones para esforzarnos al máximo, no sé cuál es más difícil, porque una situación difícil nos lo exige, pero una situación cómoda no, y eso lo conlleva su propia dificultad.
La pizza luego de la “Semana del Infierno”.
En lo que voy de la lectura también me quedó cómo luego de la semana más dura de su entrenamiento, donde el esfuerzo físico y mental fue extremo, las personas que lograron superar la prueba recibieron una pizza para cada uno y Goggins la describe como “un pedazo de maná del cielo”.
¿Por qué lo menciono? Porque cuando nos acostumbramos a lo bueno, a lo cómodo, éste pierde su lustre, ya no es algo especial, es algo común, algo ordinario. Pero cuando pasamos por un esfuerzo extraordinario para lograr una meta, todo ese confort recupera su brillo luego de ese período de esfuerzo y «sufrimiento» por ponerlo de alguna forma. Además de la satisfacción de haber logrado nuestros objetivos, que tiene otra carga emocional de cumplimiento.
No se trata de hacernos daño, sino de evolucionar, la consciencia detrás de todo este esfuerzo es lograr conocer nuestro verdadero potencial como líderes, y para ello debemos pasar por momentos de privación, de esfuerzo y de incomodidad.
El esfuerzo extra
Cuando sentimos que ya estamos al límite, hagamos uso de esa reserva que tenemos en lo más profundo, esa energía que nos permitirá correr ese tramo extra.
Es un compromiso solo con nosotros mismos, de saber quién está detrás de todas esas capas de excusas que muchas veces ponemos, vernos a los ojos y saber que lo dimos todo, que aprovechamos la oportunidad de estar aquí, de estar en presencia (https://perflex.es/por-que-es-importante-para-un-lider-estar-en-presencia/). Un esfuerzo máximo no garantiza nada, no asegura que todo lo que anhelamos se cumplirá, pero aumenta nuestras probabilidades, y sobre todo, nos permite disfrutar el camino, el esfuerzo como tal y la oportunidad de saber hasta dónde podemos llegar en lugar de nunca haber intentado.
Esfuerzo máximo y un descanso máximo
Un esfuerzo descomunal no es sostenible porque pone en riesgo nuestro bienestar. Recordemos que la premisa es alcanzar nuestro máximo potencial, no hacernos daño, se trata de alcanzar un nuevo nivel de bienestar. Hoy en día está de moda el tema de descansar, pero olvidamos que para descansar primero tenemos que habernos cansado. Son complementarios, un buen descanso nos permite recuperarnos, reponer energías y poder volver a dar nuestro 100%.
¡Buena caza!