A veces al liderar nuestras organizaciones nos topamos con problemas que parecen abrumadores, y no necesariamente son propios de la operación ni del mercado. A veces miembros de nuestro equipo atraviesan situaciones personales muy difíciles en las que solo queda apoyar.

Indiferencia

Claro que podríamos intentar ignorar esos problemas, pero ¿puede uno ser tan distante e indiferente con su equipo? Finalmente, si bien son problemas personales, afectan a gente que están en nuestras organizaciones dedicando gran parte de su tiempo para lograr metas que nos benefician a todos.

Hay quien cree que con el tiempo esos problemas dejan de afectar, yo estoy en el mundo laboral 10 años y no dejo de estremecerme cuando un miembro del equipo enfrenta una situación abrumadora. Sé que hay gente a la que le afecta menos o trata de desmarcarse como forma de no lidiar con el problema, pero un líder de la organización rara vez puede hacerlo.

¿Podrías hacerlo tú?

Empatía

El grado de empatía de cada uno varía, pero para mí es importante que una o un líder desarrollen esta cualidad porque es imposible percibir la realidad de otros sin intentar ponerse en sus zapatos, aunque a veces sea muy duro hacerlo.

Una persona muy astuta dijo alguna vez que no ganamos nada preocupándonos, sino ocupándonos. Y creo que en estas situaciones de eso se trata, no dejarse absorber por la situación hasta llegar a un nivel paralizante, sino ponerse en acción y apoyar como podamos.

Un líder debe actuar, no paralizarse por lo estremecedor de la situación. Hacer lo posible por aliviar y apoyar.

No podemos entrometernos en asuntos personales, pero como líderes podemos brindar algún tipo de colaboración sin transgredir ningún límite.  

Temple

Lidiar con este tipo de situaciones requieren mucha fortaleza de parte del líder. Es vital no dejar que nos afecte y llevarnos esa sensación oscura que nos deja, obvio que no podemos dejarla, pero es parte del todo, de un todo mucho mayor que ya no llegamos a comprender. Porque, así como hay momentos difíciles hay momentos de alegría y regocijo.

Momentos de alegría servirán como refugio para los difíciles. No perder la perspectiva, ser fuerte, un requisito imprescindible para liderar, sin duda. No fuerza bruta, ni prepotencia, sino la capacidad de resistir los momentos duros y seguir avanzando, la capacidad de estar de pie cuando a los demás les es más difícil, la de no quebrarse.

Contemplación

Recorriendo este camino vamos observando, contemplando momentos que son parte de la vida, y uno contempla lo efímero que es todo. Lo efímero de cada momento y a su vez, aunque tan corto, tan valioso y tan importante. ¿Será su fugacidad lo que le da tanto valor?

Porque liderar es a veces, una tarea ingrata, pero encierra tesoros ocultos en cada reto, especialmente cuando los miembros de nuestro equipo necesitan nuestro apoyo. Si no estamos cuando nos necesitan, ¿entonces cuándo?

Te deseo lo mejor.

Buena caza guerreras y guerreros.

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