La incertidumbre es una constante en los negocios, cuando se desatan conflictos sociales, una pandemia global, una crisis económica, o algo tan sencillo como que se vaya el cliente que representa más del 80% de nuestras ventas, nos damos cuenta que todo lo que dábamos por hecho, es como un castillo de arena a la merced de las olas del mar.

Ante esta situación se recomienda a todos los líderes diversificar, no poner todos los huevos en una sola canasta. Pero ¿qué es realmente la incertidumbre y el riesgo que se trata de “diversificar”?

Incertidumbre

Lo incierto, tratamos de anticiparlo mirando atrás, buscando patrones, buscando algún indicio pasado que nos permita ver hacia adelante, pero, aunque nos pueda ayudar, nadie nos garantiza que luego de un camino recto no nos vayamos a topar con una curva o un camino cerrado.

Buscamos aferrarnos a nuestras proyecciones, encontrar tranquilidad en lo que parece ser una certeza. Pero todas nuestras proyecciones están a la merced de la incertidumbre y lo peor es que puede manifestarse, como puede no hacerlo.

Lo incierto puede ser devastador, y al mismo tiempo, puede ser altamente improbable, pero nuestro razonamiento queda en segundo plano cuando nuestra mente empieza a divagar por el mundo, no de las probabilidades, sino de los temores.

El temor es un mal consejero para tomar decisiones dado que pueden ser cortoplacistas, pero…

Diversificar riesgos

El temor, o sin ser tan extremos, la anticipación de lo incierto, puede ser un buen motivador para tomar decisiones de diversificación. La diversificación no solo es tratar de armar una red que aguante cualquier impacto proveniente de la incertidumbre.

De construir castillos, tal vez más pequeños, pero en diferentes lugares, lejos de las tempestades del océano, lugares que tienen su propio riesgo pero que habiendo diversificado nos permitirían estar de pie ante un huracán.

Diversificar puede ser tener una línea nueva de productos, entrar a un nuevo mercado, invertir en más de un proyecto, hacerlo en instrumentos financieros a largo plazo y con menor riesgo, etc. Para diversificar el mundo es el límite literalmente.

Templanza

Finalmente, habiendo diversificado en N proyectos, en N mercados y de todas las formas posibles, habremos llegado un punto en el que no es posible hacerlo más.

El riesgo sistémico global es aquel del que no podemos escapar. Y entonces, entenderemos algo que debemos empezar a considerar hoy, los riesgos inherentes a la incertidumbre pueden mitigarse, pero eliminarlos no es posible hoy en día. Especialmente con la hiper conexión en la que vivimos.

Mantenerse fuerte ante este vaivén de incertidumbre global requiere temple, enfrentarnos con serenidad a situación difíciles, inciertas.

Decisión de Bailar

La incertidumbre es una compañera de viaje, con quien tenemos que aprender a lidiar como líderes, hacerlo es tal vez una de las partes más retadoras de estar al frente de una organización.

Sin importar lo incierto de una situación, quedará en nuestras manos el poder decidir hoy lo que podemos hacer para afrontarla, debemos estar atentos a nuevas oportunidades para diversificar el riesgo sin llegar a diluir por completo nuestros recursos.

Y creo que una de las decisiones, o determinaciones, más importantes, es la de aceptar responsablemente la incertidumbre y tener suficiente valor para saltar, para vivir y experimentar lo que el camino hacia nuestra mejor versión tenga preparado pese a ella, o junto a ella, mejor dicho.

Una danza algo incómoda pero que tendremos que aprender a bailar.

Te deseo lo mejor.

Buena caza, guerreras y guerreros.

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