La volatilidad del mercado y el valor de los activos está siendo más que evidente luego de las últimas semanas gracias a los sucesos globales por demás conocidos.

Una de las huellas que dejó la pandemia fueron los elevados costos logísticos en fletes, impactando directamente a los costos de producción a nivel mundial, que ya se tradujo en un incremento en los precios.

El incremento de precios implica la pérdida de poder adquisitivo de parte de los consumidores (medido a través de la inflación). Por lo tanto, nuestro dinero (un activo) pierde valor en relación a cuánto podemos comprar.

No solo eso, algunas materias primas también sufrieron una variación significativa de precios afectando así a toda la cadena de suministro del producto y algunos servicios.

A esto sumamos el efecto político y económico de la invasión en el este europeo. Disparó la especulación que se amplificó con todo el intercambio de “sanciones” y amenazas entre países.

¿Cómo podemos notar esto? Se refleja directamente en el precio de los carburantes, que se está convirtiendo en un gran problema tanto en Estados Unidos como en Europa pero que tendrá repercusiones a nivel mundial.

Sudamérica, por ejemplo, al ser un país exportador de materias primas, verá la variación del precio de dichas materias primas ya que muchos se encuentran indexados al precio del petróleo, como el gas natural. Por otro lado, en aquellos países donde la gasolina es subvencionada estatalmente, los gobiernos tendrán más problemas para aguantar esas oscilaciones.

No solo lo vemos en los combustibles, al sumarse el efecto de la guerra al de la pandemia, los eslabones de la cadena productiva se encarecen, haciendo que los productos cuesten más al momento de llegar al estante del que los compramos. Y como los medios cambiaron la narrativa de la salud (pandemia) por el del miedo (guerra) ya están apareciendo noticias por todo lado con títulos cómo: «¿Por qué subirá el precio del pollo y el maíz?» lo cual aumenta la especulación y, por lo tanto, la volatilidad del mercado y el valor de los activos.

Volatilidad del Mercado y el Valor de los Activos

Si bien en primera instancia esto parece ser perjudicial para la población en general, hay algunas industrias que se verán beneficiadas. Así como los fabricantes de mascarillas por la pandemia, los contratistas armamentistas se benefician de conflictos armados donde circulan miles de millones de dólares. Así estos movimientos bruscos del mercado abrirá puertas para algunas industrias, abre la puerta a fortalecer la industria nacional de cada país si se apoya con paquetes gubernamentales que alivien el impacto del encarecimiento de la cadena logística.

Se abren nuevas oportunidades para quienes están atentos y pueden relocalizar capital. No todo es malo para las organizaciones comunes, esta volatilidad deja brechas que pueden ser cubiertas por organizaciones locales. Se crean nuevas necesidades y todo el potencial de la aplicación de nuevas tecnologías en nuestro rubro sigue siendo una oportunidad.

Según dónde y cómo hayamos diversificado nuestro portafolio de inversión, nuestro patrimonio estará más o menos protegido. Los propietarios de bienes inmuebles pueden ver el valor de sus activos dispararse cuando el mercado está en auge, y disminuir cuando todo el mundo está vendiendo propiedades. De igual manera las organizaciones deben hacer el ejercicio de mantenerse esbeltas y desechar aquellos costos o líneas de productos/servicios que no están agregando valor.

Un profesor de economía decía: cuando hay estos movimientos económicos bruscos del mercado queda en evidencia quién estaba nadando sin traje de baño.

Cierro con eso porque debemos estar atentos a estas oscilaciones del mercado para responder de la mejor manera y que no nos “pesque” desprevenidos.

¡Buena caza!

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