Cómo evitar la subvención en nuestra organización

evitar la subvención

Cuando nuestras organizaciones crecen se genera un riesgo casi invisible que muchos líderes pasan por alto. La subvención entre líneas, productos, empresas, etc.

¿Qué significa esto? Digamos, por ejemplo, que una industria que produce alimentos saludables en polvo lanza una línea de bebidas saludables. Los números al final de cada gestión siguen siendo menos de lo esperado, y solo haciendo un análisis financiero detectan que la línea de bebidas genera una pérdida del 8% mientras que la línea de alimentos en polvo genera una ganancia del 15%. Por lo cual, para no complicarnos mucho, podemos resumir en: la línea de bebidas está “comiendo” las ganancias que genera la línea de polvos.

Si se hace de manera consciente y estratégica es totalmente válido permitir que exista subvención. Puede darse temporalmente por el lanzamiento de una nueva línea, por la apertura de una sucursal en crecimiento, etc.

Pero cuando sucede inadvertidamente la subvención es un riesgo. Por el simple hecho de que las ganancias (rentabilidad) de tu organización se está yendo por el drenaje.

Evita esta situación de la siguiente forma.

Planifica el análisis y ¡analiza!

Ya todos sabemos la vieja historia de que lo urgente no da paso a lo importante. Pero esto es importante, y urgente. Así que no hay excusas. Planifica el tiempo para hacer este análisis.

Para ello lo básico es contar con un análisis financiero por unidad de negocio, por línea, producto o como sea la manera en la que organices tu operación.

Tener los datos por separado ya te permitirá identificar qué líneas no se están desempeñando como se espera. ¿Crees que este análisis es muy básico y que todos lo hacen? Pues resulta que no. Especialmente mientras más grande es la empresa. Es como caer en una zona de confort donde solo nos enfocamos en las ventas globales y la rentabilidad final, evitando dedicar mucho tiempo al análisis pormenorizado de la operación.

Ajusta las tuercas

Habiendo detectado los productos/líneas/unidades que no se han estado desempeñando como se espera, queda actuar.

No serán soluciones inmediatas, es un proceso. Pero dar el primer paso es necesario. Un ejemplo famoso es el del regreso de Steve Jobs a Apple, cuando lo primero que hizo fue eliminar divisiones que aumentaban la complejidad pero que no estaban rindiendo como se esperaba.

Este proceso encierra un beneficio oculto. Permite simplificar procesos, y eso tiene un impacto muy subvalorado en las organizaciones.

Si bien es un proceso que toma tiempo, no permitas que pierda momento. Normalmente habrá gente que se opondrá al cambio, porque nos es más cómodo dejar las cosas como están y porque en algunos casos estos cambios implican ajustes profundos en la operación, como cierre de líneas, discontinuación de productos, y hasta cierre de unidades de negocio si fuera el caso.

Yo lo veo como tomar decisiones que permiten liberar recursos para relocalizarlos en impulsar aún más las unidades rentables y prometedoras. No promuevo el despido de los colaboradores, sino la reorganización.

Vuelve a hacerlo

Este punto me recuerda a la 5ta S de las 5 S. Convertir este pequeño proceso en una filosofía de trabajo. Estar en constante vigilancia del desempeño de nuestras organizaciones. Comprender y conocer las partes que la componen y evitar que exista la subvención.

Puede darse en cualquier momento. Tal vez por una especie de entropía que se genera al crecer la organización, es como cuando dejas varios cables todo ordenados y bien doblados en tu cajón, pero cuando lo vuelves a abrir ya solo hay una bola de cables enredados.

Liderar una organización tiene algo de ello, volveremos a ordenar nuestros cables, los dejaremos listos y bien puestos en el cajón, sabiendo que nos volveremos a encontrar con una maraña de cables enredados.

Y lo volveremos a hacer. Es parte de un ciclo que nos permitirá optimizar nuestro desempeño, volvernos más eficientes y obtener mejores resultados.

Buena caza.