El mundo de los negocios está lleno de intermediarios con los que se relacionará tu organización. Hay intermediarios comerciales que te permitirán ingresar a nuevos mercados, que son los más conocidos.

Pero hay otro tipo de intermediarios, de quienes hablaremos hoy. Intermediarios que no están entre tu organización y el mercado, sino entre tu organización y otro tipo de agentes, me refiero, por ejemplo, a los abogados, contadores, agentes despachantes, etc.

Estos intermediarios parecen actuar en un segundo plano dentro de las operaciones de la empresa, pero la importancia que tienen es fundamental para optimizar los recursos y aumentar (o reducir) la eficiencia de cada empresa.

Invertir tiempo hoy, para no sufrir mañana

Lo primero es seleccionar un buen aliado para tu cruzada. Dedícale tiempo a elegir el mejor proveedor que tu presupuesto pueda costear. Y no seamos muy tacaños con esto porque puede que lo barato nos resulte caro. Tampoco paguemos tarifas exorbitantes por un servicio sobrevaluado.

Entonces, todo está en entender primero el servicio que requieres, al menos las implicaciones generales, como líder, para tu organización. ¿Qué servicio estoy adquiriendo a través de este intermediario?

Por ejemplo, para el nexo entre tu organización e impuestos, requieres un contador que declare impuestos, pero ¿qué es declarar impuestos? ¿qué implica para ti como líder? No me refiero a que estudiemos Contabilidad (aunque un cursito gerencial no estaría de más) sino a entender tus obligaciones, fechas límite, formularios más comunes, cómo se declaran, si es digital o en persona, etc.

Y lo segundo, conocer a quién estoy contratando, eres el cliente y tienes todo el derecho de averiguar lo que sientas necesario para elegir al mejor intermediario posible.

Si el tema del precio es un impedimento para ti, recuerda que los intermediarios experimentados y que dominan la teoría/método son costosos. Si tu presupuesto no lo permite tendrás que hacer algunas concesiones, pero no te conformes con lo mediocre, eso será muy dañino con tu empresa.

Puedes averiguar sobre su trayectoria, sobre su formación, experiencia, qué tanto tiempo pueden dedicarte, disponibilidad, etc. Pregunta todo lo que gustes para sentirte cómoda o cómodo con tu decisión.

Y recuerda, si un intermediario no puede explicártelo en unas pocas oraciones es que, o quiere hacer parecer lo que hace más complicado de lo que es (con el riesgo de querer mostrarse como imprescindible a futuro) o no entiende realmente lo que está haciendo.

Ser claros con las responsabilidades

Las responsabilidades de todos deben estar claramente delimitadas, y aunque estemos acostumbrados a olvidar la letra pequeña, no olvides exigir todo lo que te corresponde y al mismo tiempo, no pretendas que el intermediario haga cosas que no le corresponden. Por ejemplo, si tu abogado tiene la responsabilidad de emitir los reportes mensuales pormenorizados sobre el avance de algún caso que tenga la organización, no quieras colar ahí que lleve un caso de un familiar ajeno a la organización sin modificar el acuerdo.

Hacerlo desvirtúa toda la relación entre el intermediario y tú.

Confianza

Aunque entiendas las implicaciones del servicio y los acuerdos estén claros.  Todo se fundamentará en la confianza. No puedes estar detrás viendo qué escribe, o qué no, porque si tuvieras ese nivel de control sobre el proceso no lo necesitarías, se supone que lo contrataste porque tu organización así lo requiere.

La confianza tarda años en construirse, pero un par de segundos en perderse por completo. Seguro habrá indicios de que las cosas marchan bien o si hay algún problema. Y confía en tu instinto, no hagas acusaciones sin fundamento, pero si sientes que debes acercarte un poco más al proceso, hazlo.

Recuerda que son relaciones de negocios, no tienes ninguna obligación más allá de la contractual; si pasado ese vínculo sientes que quieres probar con otros intermediarios hazlo, conocer otras opciones te permitirá también valorar mejor el servicio actual, Pero recuerda los puntos anteriores, invierte suficiente tiempo en elegir un buen apoyo.

Tiene que importarnos (aunque no lo entendamos)

Como ya mencionamos líneas más arriba, debes dedicarle tiempo a entender las implicaciones ejecutivas del servicio que estás adquiriendo. No todos sabemos llevar las cuentas, pero debemos entender por qué es importante hacerlo.

También cuando recibas los informes mensuales, reportes, etc por parte de los intermediarios, dedícale el tiempo a su lectura, debes comprenderlo, y eso implica dedicación tuya y obviamente que el intermediario sea claro con su reporte.

Para evitar que malos intermediarios (que abundan tanto como los buenos) se aprovechen de tu organización debe importarte. Si a los líderes y ejecutivos no les interesa no le dedicarán tiempo y finalmente dejan abierta la puerta a que gente que solo busca lucrar se aproveche de la organización, lo cual nos lleva al siguiente punto.

Socios, no intermediarios

La gran pregunta, si el intermediario se encuentra en una situación donde puede lucrar a costa de tu organización, sin caer en nada ilícito, puede ser indicándote que gastes más de lo necesario, llevándote por un camino que requiere que le pagues más comisiones, etc.  ¿Qué crees que hará?

La ética juega un papel muy importante aquí, y eso no tiene precio. Porque un intermediario puede ser un experto en su área, pero no garantiza que llegado el momento decida lo mejor para ti aún a costa suya, aunque eso sea lo correcto dada la situación.

Busca y encuentra un socio que busque crecer junto a ti, que sea profesional, que conozca de su campo y sea claro en sus explicaciones. Alguien que te evite dolores de cabeza en vez de ocasionarlos, que tengan la voluntad de solucionar las cosas en lugar de levantar las manos porque saben que el daño lo recibirás tú y no ellos.

Socios, no solo intermediarios.

Te deseo lo mejor.

Buena caza, guerreras y guerreros.

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