El benchmarking es una referencia contra la cual comparamos el desempeño de nuestra organización. Por ejemplo, si formamos parte del rubro de la construcción y las industrias tienen una rentabilidad de entre 7 y 10%, comparamos nuestro desempeño con esos parámetros para poder contrastar nuestra eficiencia.

A un nivel básico

Puede funcionar si lo manejamos como una referencia básica. Es decir, si tenemos inventario para 10 años y la media de nuestra industria es tenerlo para 6 meses, claramente debemos analizar si nuestra estrategia es conveniente para nosotros.

Pueden ser financieros al comparar utilidad, costos, etc. Pero también pueden ser operativos, acerca de la merma, la productividad, los volúmenes de producción, o comercial como cuánto vendo, cuánto gastamos en marketing, etc.

Para enmarcarnos algunos parámetros generales puede ser útil, pero no creo que deban ser tomadas como punto de comparación y eso es por lo que sigue.

Cada Organización es Única

Hace poco escuchaba un podcast donde compartían y criticaban la forma en la que se evaluaba a los estudiantes (y prácticamente es igual con el desempeño de una organización) reduciendo todo a valores números y comparándolos entre sí, como si todos fuésemos iguales.

El ejemplo explicaba acerca de un grupo de animales, osos, peces, pájaros, monos, perros y de más, parados frente a un árbol, y la prueba consistía en escalarlo lo más rápido posible, para quienes la nota sería de 100 sobre 100.

Claramente, ese sistema de evaluación es absurdo, obsoleto y desmoralizante, pero seguimos la misma lógica para comparar el desempeño de las organizaciones.

Que, si uno vende más que otro, que, si uno tiene más utilidad, que la estructura de costos debe ser “similar”, que las estrategias, etc, etc, etc.

Industrias que están mal

Y al final las industrias se van “homogenizando” pese a estar conformadas por gente totalmente diferente, tener líderes tan distintos como podamos imaginar y vamos cubriendo ese potencial único. Matamos la creatividad, la posibilidad de innovar y tenemos unas industrias llenas de competidores “iguales” buscando los mismos resultados, siguiendo las mismas estrategias y en un espiral que solo destruye valor.

Hacemos “benchmarking” hasta de las malas prácticas, y eso es tremendamente perjudicial para el tejido empresarial de la sociedad.

Conclusiones

Utilizar benchmarks puede darnos referencias generales para no descuidar ciertos aspectos importantes, pero no debe ser utilizado como una vara para medir a la empresa comparándola con otras.

Cada organización está compuesta por personas únicas, con líderes únicos y es totalmente normal que no “encajen” en modelos prestablecidos o se sientan cómodas con niveles más bajos de ventas, diferentes estructuras de costos y se liberen de esa presión de lograr metas pre establecidas solo porque otras empresas las logran.

Te deseo lo mejor.

Buena caza guerreras y guerreros.

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