Endeudarse es algo que muchísimas personas y organizaciones hacen todos los días a lo largo del mundo. La deuda ya es parte esencial de nuestra economía. Nos permite obtener recursos que no disponemos en el momento para invertirlos y generar impacto en nuestro entorno.

La mejor forma de ilustrar esto es con el siguiente ejemplo: Eres un ingeniero en alimentos y quieres emprender montando una fábrica de galletas saludables. Dispones del lugar, pero requieres maquinaria, misma que cuesta $75,000. Ahorrar y llegar a ese monto puede tomarte varios años, pero accediendo a un préstamo (endeudándote) puedes disponer de ese dinero para llevar a cabo tu proyecto. ¿Qué gana la entidad que te prestará el dinero? Los intereses. Aparentemente todos ganan, pero hoy hablaremos de 3 razones para no endeudarte.

Las condiciones de la deuda no son claras

Cuando alguien presta dinero con unas condiciones abusivas se llama USURA, pero hay muchos préstamos que tienen lo desfavorable oculto en sus condiciones. Al momento de adquirir una deuda debes entender a cabalidad todo lo que implica. ¿Qué pasa si no puedes pagar? ¿Se te da la posibilidad de adelantar pagos para pagar menos intereses? ¿Qué pasa con el tipo de cambio? Muchas interrogantes deben estar claras al momento de confirmar la deuda.

Hay muchos tipos de deuda, algunas entidades te brindan más tiempo para pagar, otras ofrecen mejores intereses. Normalmente mientras más corto sea el tiempo del préstamo mayores serán los intereses.

Es fundamental que comprendamos el dinero que finalmente pagaremos al endeudarnos y la duración de nuestro plan de pagos.

Otro ejemplo importante: Una organización recurre a un préstamo de $100,000 con una tasa de interés del 9% por 8 años para renovar su flota de vehículos.  Pocas personas consideran que al final del 8vo año habrán pagado alrededor de $150,000. Ese 9% de interés finalmente se transformó en 50% del monto total del préstamo. Aunque los pagos sean “cómodos” el monto final nunca debe dejarse de lado para que comprendamos cuanto nos está “costando” endeudarnos.

No sabes qué hacer con el dinero

No todos tienen claro lo que harán con un préstamo. Lo peor es utilizar el dinero de un financiamiento para OPERACIONES (pago de salarios, proveedores, alquileres, etc) porque ese dinero debería venir directamente de la operación y recurrir a un préstamo puede ser una peligrosa señal de liquidez. Claro que si no hay otra opción debemos hacerlo, pero entendiendo muy bien las implicaciones, condiciones de pago y utilizando los recursos solo para aquello que sea vital.

Lo mejor es financiarse para invertir en activos que permitan cubrir el préstamo y generar un ingreso residual para tu organización. Como ya conversamos en el post anterior, la inversión en activos es una de las mejores formas de asignar tu capital.

Dependiendo del tamaño de la inversión se debe ser detallista y minucioso con lo que esperamos de esta inversión. Es decir, que tiene que estar claro lo que queremos obtener de la maquinaria que estamos comprando, del valor del bien inmueble, de lo que nos costará mantenerlos, de los costos de la compra, de la logística y demás.

Todo debe estar claro para que tomemos las mejores decisiones de inversión. Si tenemos pensado prestarnos dinero para abrir una sucursal comercial debemos comprender cuánto pagaremos y qué esperamos de esta sucursal para que podamos tomar una buena decisión. Otro aspecto importante es hacer un seguimiento constante para que sepamos en qué momento debamos considerar liquidar nuestra inversión y retirarnos para no perder más dinero ni poner en riesgo el pago de la deuda.

En otras palabras, debemos tener un plan de escape para que en caso de ser necesario, vendamos nuestra tienda (o cualquier activo), paguemos nuestra deuda y minimicemos cualquier riesgo de pérdida.

No tienes seguridad de cómo pagarás la deuda

Mientras más elevado es el nivel de deuda significa que tu organización se encuentra más apalancada. Es decir que el pago de la deuda se vuelve una carga muy fuerte y depende cada vez más de que obtengas buenos resultados en tus inversiones.

He escuchado un sinfín de organizaciones prestarse dinero para ganar el 1% de su mercado objetivo, lograr ventas de miles de dólares al año y usar parte de ese dinero para pagar su deuda. Esta es una práctica tan peligrosa como incierta porque nadie te asegura que podrás obtener ese 1% de cuota de mercado. Claro que debemos hacer proyecciones, pero cuando se trata de planificar los pagos de las deudas, nuestras proyecciones deben ser modestas cuando mucho.

Debemos entender de dónde saldrá el dinero para pagar la deuda. Y lo que haremos en caso de que esa fuente de ingreso no esté generando lo suficiente.

Sé muy MUY cauto cuando en tus proyecciones el pago de tu deuda dependa del pronóstico de ventas. Ese valor es tan fácilmente manipulable que, como el papel aguanta todo, puedes dejarte llevar y elevar 10, 15 y hasta 50% tus proyecciones de ventas solo para que satisfagan tus necesidades de pagos y otros gastos, incluyendo tus deudas.

Una deuda no es mala, pero deben estar claras sus implicaciones, su destino y cómo se honrará. Cuando desconoces estos 3 elementos, lo mejor es que pienses dos veces antes de adquirirla.

Te deseo lo mejor.

Buena caza guerreras y guerreros.