Invertir en Activos es la forma de construir la base de tu economía. Son bienes tangibles o intangibles cuyo fin es generar un retorno para ti como inversionista. Compartimos 3 razones por las cuales invertir en activos debe ser la prioridad de cada persona u organización al momento de pensar en sus finanzas.

Los Activos generan valor

Tienen como objetivo crear valor, generar retorno y ayudar a tu organización a lograr sus metas.

Hay infinidad de alternativas, inmuebles, maquinaria, acciones de alguna empresa, tu propia organización, etc. Un buen inversionista debe saber elegir el activo idóneo para su organización en función a su perfil de riesgo, y otros factores que intervienen.

No es lo mismo esperar un retorno de 5% en 6 meses a esperar un retorno de 10% a 10 años. Depende de los recursos disponibles, de nuestra expectativa y de muchos rasgos propios y de nuestra organización, que le darán forma a nuestro portafolio de activos.

¿Cómo empezar? Poco a poco hasta ganar suficiente experiencia y poder asumir mayores riesgos, pero sin dejar de estar alineados con nuestro perfil de inversión.

Financiarse para invertir, esto se llama apalancamiento, cuando nos prestamos dinero para adquirir un activo. Esperando que el retorno sea suficiente para cubrir ese préstamo y aparte generar retorno adicional. Es una jugada válida, pero peligrosa, volvemos al perfil de inversión para que tanto tú como tu organización decidan el nivel de deuda con el que se sientan cómodos.

No es lo mismo prestarse dinero para comprar hornos y abrir una panadería que prestarse dinero para especular con criptomonedas y perderlo todo en una sola caída del mercado.

Permiten generar interés compuesto

El interés compuesto es, básicamente, acumular las ganancias que generan tus inversiones y reinvertirlo generando así un efecto de bola de nieve. Esto permite afianzar tus finanzas.

Imagina que tu organización invirtió $100,000 generando un retorno adicional de $5,000. El interés compuesto es usar los totales $105,000 para reinvertirlos.

Requiere paciencia, pero el interés compuesto permite “acelerar” la construcción de tu portafolio. Lo más importante es que requiere evitar el despilfarro. No implica que vivamos en tacañería. Nuestras organizaciones deben encontrar un balance entre dedicar lo necesario a la operación, pero sin caer en el despilfarro.

Permiten escalar

Lo bueno de los activos es que pueden escalar, se habla mucho de la escalabilidad de negocios digitales pero las industrias también tienen un elevado nivel de escalabilidad. También lo hemos visto en negocios inmobiliarios que se han apalancado para escalar y otros dentro del entorno comercial, con estrategias agresivas de expansión.

Escalar es la capacidad de tus activos de replicarse y multiplicarse. Por ejemplo: si mi organización vende botellas de agua en envases biodegradables e invirtiendo en una máquina aumento mi producción de 5,000 a 50,000 botellas por mes, estoy escalando mi productividad. Si mi siguiente paso es abrir otra planta con capacidad de 75,000 botellas ya estoy hablando de una producción de 125,000 expandiendo mis operaciones, mi capacidad y escalando mi primera inversión que me permitía producir 5,000 botellas.

Hay más que hablar sobre la inversión en activos y lo haremos más adelante, pero por ahora estos 3 puntos pueden darte un pantallazo de los beneficios de invertir en activos y construir así tu portafolio y el de tu organización.

Recuerda que la acumulación desmedida de capital es contraproducente y como inversionistas nuestras organizaciones no deben dejar de ser un actor relevante e impactante para nuestro entorno. Si llegamos a un punto de acumular, sin invertir ni dejar a otros que lo hagan, estamos adoptando una postura que daña el juego para todos.

Te deseo lo mejor.

Buena caza guerreras y guerreros.