¿Por qué haces lo que haces? Crees que algo de lo que haces, incluyendo liderar tu organización, tu profesión, etc. ¿Puede aguantar esta pregunta 3 veces?
Parece algo tan banal, pero hacerlo resulta ser algo tan… trascendente.
Esta herramienta también la aprendí del estilo de gestión y liderazgo de Ricardo Semler aplicado a Semco.
Hace unos meses escribí sobre el propósito, pero esto, aunque está relacionado, es más que nada, una herramienta para encontrar el motivo de las cosas, su verdadera motivación y origen. Entender qué está detrás de cada acto, de cada decisión, de lo que hacemos e incluso de lo que somos.
Primer ¿Por qué?
Al primer por qué, lanzamos una respuesta casi instantánea. Casi no nos representa un problema, si nos preguntamos, por ejemplo:
¿Por qué empecé mi empresa/organización?
Automáticamente gatillamos las respuestas: para crear fuentes de trabajo, para mover la economía, para que los clientes tengan acceso a mejores clientes o a un mejor precio, para dejar un legado, etc.
Segundo ¿Por qué?
Ya para una segunda pregunta las respuestas toman más tiempo, ¿por qué quiero incentivar la economía de mi región? ¿por qué quiero dejar un legado?
Aquí ya nos vemos obligamos a explorar un poco más, ¿hago esto por un tema de reconocimiento? ¿Lo hago por dinero?
Damos a un paso a un terreno que rara vez exploramos, pero que obliga a considerar no solo nuestras buenas intenciones, sino tal vez aquellas que están ocultas, el ego, la ambición, miedos, y otros factores que pueden estar empujándonos a tomar esta decisión. Claro que esto no descarta temas como la bondad, generosidad y un genuino interés por causar un impacto positivo.
Tercer ¿Por qué?
Entramos a un terreno mucho más complejo, ¿por qué quiero reconocimiento de mis pares? ¿por qué quiero dinero? O ¿por qué quiero causar este impacto positivo?
Usualmente este tercer nivel exige de nosotros mucha reflexión, no responder a la ligera.
Semler ejemplifica este nivel excelentemente cuando cuenta que cuando un niño pequeño en su etapa de preguntar nos lanza el primer “por qué” damos una respuesta muy madura, clara y rápida, para el segundo “por qué” ya necesitamos un poco más de tiempo, pero aún somos capaces de lanzar una respuesta, ya para el tercer “por qué” le ofrecemos un helado.
Un ejemplo rápido
Un ejemplo inspirado en la pandemia:
1ro: ¿por qué usamos uniformes (incluyendo trajes y corbatas) de lunes a jueves?
¿Para mostrar uniformidad? Para proyectar una imagen homogénea a los posibles clientes.
2do: ¿Por qué queremos uniformar y homogenizar a los colaboradores?
Puede ser un tema de imagen corporativa, de supresión de la diversidad, de crear una ilusión de mayor control, etc. Quedémonos con la proyección de una imagen formal a nuestros clientes, socios y otras personas que intervienen con la organización.
3ro: ¿Por qué queremos proyectar una imagen “formal”?
Vuelve la posible ilusión de orden y control que pensamos que transmiten los trajes y las corbatas. Aunque exigimos que las usen personas que nunca se ponen en contacto con un cliente. Dado que se lo exigimos a algunos, ¿debemos exigírselo a todos? ¿Pensamos que una imagen “formal” automáticamente resultará en más ventas o más rentabilidad?
Digo que este ejemplo fue inspirado por la pandemia porque sin importar cómo se estuvo vistiendo la gente los negocios se siguieron dando alrededor del mundo durante este último año, no todos usaron sus uniformes (incluyendo traje y corbata) para sus reuniones. De hecho, muchísimas personas se uniformaron, pero con trajes de bioseguridad.
Lo mismo pasó con las oficinas costosas y amplias. Con las reuniones presenciales. Con los horarios, con tener a todos entrando a una misma hora y saliendo a la misma hora. Con los controles de asistencia, con los planes estratégicos.
Lo que antes eran símbolos de poder, de eficiencia, del mundo empresarial ordenado, planificado y estratégico. Todo eso quedó en terreno movedizo. Los negocios siguieron avanzando, muchos otros, lastimosamente, tuvieron que detenerse o replantear sus modelos. Pero todo lo que dábamos por seguro ahora no es más que una ilusión.
Entonces, ¿por qué hacemos lo que hacemos?
Te deseo lo mejor.
Buena caza guerreras y guerreros.