¿Qué tan impactantes son la motivación, disciplina y bienestar de las personas para la organización? Estos meses vi en varias páginas de redes sociales criticando la “motivación” como medio para lograr las cosas.
En parte concuerdo con que no debemos “depender” de estar motivados para lograr resultados, y también comparto la importancia de la disciplina como medio para hacer lo que debamos hacer en lugar de esperar una especie de impulso mágico que nos permita aquello.
Pero no podemos negar que cuando un equipo se encuentra con un buen estado de ánimo puede lograr buenos resultados, e incluso aguantar momentos difíciles.
Puse en anteriores posts que el espíritu de la organización son las personas, y que la verdadera “riqueza” es alcanzar un estado de bienestar (que obviamente incluye un estado de salud financiero sostenible y estable).
Por lo tanto, si bien la disciplina finalmente es hacer las cosas que se deben hacer cuando deben hacerse, todo el apoyo que podamos darnos en esa labor será de ayuda para avanzar y evolucionar.
No todos somos disciplinados
Uno de los problemas es que no todos somos disciplinados, si lo fuéramos todo sería mucho más fácil porque no dependeríamos de ningún estado de bienestar o motivación para hacer aquello que debamos hacer.
Si bien podemos mejorar en ese aspecto, está claro que en nuestra organización nos toparemos con personas que se encuentran en diferentes estadios de ese espectro de “disciplina”, a algunos les será más fácil y a otros les costará (a algunos les costará un montón).
Sin entrar en los detalles de los factores que intervienen en qué tan disciplinado sea una persona (porque la verdad no lo sé), sí he visto el poder de crear un entorno que promueva el bienestar como catalizador para lograr los objetivos, gente que se siente bien logra buenos resultados.
Hace unos días vi un documental muy interesante llamado American Factory que trata sobre una planta de producción en EEUU fundada por un empresario chino y la historia gira entorno a ese choque cultural y también al choque entre “jefes” y “empleados”.
Comento eso porque me parece un ejemplo perfecto de qué tan diferentes podemos ser en cuanto al tema de la “disciplina” e incluye un toque de las consecuencias de una “dedicación” extrema a una actividad laboral por parte de los colaboradores, especialmente cuando hablan de la planta ubicada en China.
Una contradicción
Si nuestro objetivo como líderes y como organización es lograr el bienestar, ¿estamos dispuestos a sacrificarla, temporal o totalmente, por alcanzar otro tipo de metas? Es decir, yo sacrifico mi bienestar mental y físico, por ejemplo, durmiendo solo 3 horas al día para cerrar más ventas, puede parecer muy útil a corto plazo, pero a largo plazo solo me llevará al colapso.
Por otro lado, y es algo que comenta Elon Musk, si yo respeto mis horas de sueño y duermo 8 horas por noche, respetando mis fines de semana y demás, solo lograré una fracción de los resultados que esté logrando mi competencia durmiendo menos horas y trabajando de lunes a domingo. Entra en juego el factor de la competitividad, si estamos en una competencia la premisa es lograr más.
¿Entonces para lograr “producir más” o “ganar más” es necesario que sacrifique mi bienestar? No tengo la respuesta, personalmente creo en mantener un equilibrio entre disciplina y bienestar para lograr mejores cosas, no necesariamente “más”, pero mejores. Hay estudios que muestran que la mayor productividad de una persona se da especialmente en 2.3 de las 8 horas que trabaja.
Y pienso que no por estar más horas sentado en el escritorio o frente a la computadora se logran mejores cosas. Pero tampoco podemos irnos al extremo de “trabajar” 15 minutos al día y pensar que obtendremos resultados extraordinarios.
Creo que el punto clave está en la combinación entre dedicación, motivación, disciplina y tener metas claras.
(des) Motivación
Mencioné esos dos puntos porque los relaciono a un trabajo de calidad realizado de manera constante. Claro que todos tenemos épocas de mayor y menor rendimiento, pero en general esperamos dar lo mejor de nosotros durante toda nuestra carrera profesionales como medio de realización y de progreso.
Considerando que no todos somos disciplinados (o que lo somos en diferente grado), y que tenemos el reto de hacer concesiones y sacrificios para alcanzar el bienestar, es imprescindible un clima apropiado que mantenga al equipo motivado. No que solo dependa de “estar motivado” pero que catalice los esfuerzos del equipo y que permita lograr las metas trazadas.
Un equipo desmotivado finalmente cuelga de un hilo para lograr las cosas, depende solo de la disciplina de algunos pocos, de algunos beneficios monetarios para algunos pocos y lo más importante, y lo vi muy de cerca, cuando un equipo está desmotivado se pierde esa sinergia, cuando no hay un buen estado de ánimo y un ambiente que nos empuja a dar lo mejor de nosotros, aparece una oscuridad que va apagando la individualidad de las personas y quedamos con el brillo de unos pocos.
Pero para lograr cosas extraordinarias requerimos la magia que se crea cuando nuestra organización está alineada. Intervienen muchos otros factores que los 3 que aquí mencioné pero quería empezar con estos que a veces parecen ser contradictorios pero que integrados pueden ser la llave de muy buenos resultados. ¡Buena caza!