Todos queremos trabajar en organizaciones con una gran cultura pero que al mismo tiempo nos permita crecer y lograr cada vez más metas.
Empatía, sin rodeos. Ponerse en el lugar de los demás es el ingrediente esencial para lograr un ambiente de trabajo extraordinario.
Podemos tener las mejores intenciones, pero si no hacemos el ejercicio de ponernos en el lugar de los demás no podremos comprender lo que requieren y nuestras propuestas serán unilaterales.
Lo que la organización necesita no siempre es lo que nosotros creemos que necesita.
¿Cómo ser empático? Primero entendiendo que cada persona tiene su propia realidad y puede ser totalmente ajena a la nuestra.
Aceptemos que nunca comprenderemos del todo lo que viven otras personas, pero como líderes debemos considerar esos puntos de vista, nunca olvidar que existen.
Conozco muchos departamentos de gestión de talento humano que reparten pequeños presentes a ciertos grupos de la empresa (jefaturas, gerencias, etc) olvidando a todos los demás. Claro que es difícil otorgar algo a todos, pero con estas actitudes solo reforzamos un clima donde se dividen 2 (o más) categorías de colaboradores, entre los que podemos identificar a los “importantes” y al resto. Siendo que ese “resto” es parte fundamental de que las cosas avancen.
No hay mucho más que decir al respecto, empatía. Un valor imprescindible para crear un ambiente organizacional extraordinario.
Buena caza.