¿Qué nos dejan quienes nos antecedieron?

Hay quienes nos dejan bienes materiales, otras personas dejan enseñanzas, momentos que quedan grabados, etc. Algunos hasta dejan deudas y obligaciones a sus descendientes.

En algunos casos gente que no tiene “nada” deja mucho. A veces consciente y otras veces (tal vez la mayoría) inconscientemente.

Lo que heredamos de una generación a otra encierra mucho más de lo que pensamos, aprendemos qué hacer, qué no. Se teje un manto de pensamientos alrededor de esas lecciones, esos bienes, esos regalos.

Todo es parte del legado de cada vida. Y si bien lo asociamos al ocaso de la vida, heredar es dar, compartir lo que hayamos logrado, lo que hayamos reunido, aprendido y hasta lo que pudimos haber mejorado. Es algo que hacemos todos los días, a cada momento.

A cada instante se intercambia conocimiento, algo de experiencia compartida, a veces se heredan sueños, miedos, prejuicios, virtudes, etc. Con quienes vienen detrás de nosotros.

Las organizaciones familiares especialmente, hablan mucho del tema de sucesión en este momento, pero considero que la sucesión se da todos los días, si bien, formalmente es: un proceso planificado y con el objetivo de formalizar el cambio de liderazgo de una generación a la otra; pasa todos los días.

El impacto que generamos en la vida de quienes nos acompañan, es la herencia que les estamos dejando, o que estamos recibiendo. Cuando expresamos nuestro pensar, sentir y vivir, lo estamos haciendo.

Un punto muy importante, crítico tal vez, es la gratitud, el apreciar lo que encierra una herencia, aceptada o no, lo que heredamos engloba tanta historia, tanta vida.

Un punto igual de importante, es que nadie está obligado a aceptar una herencia. Finalmente, un hijo no tiene por qué aceptar que le impongan que ahora deba continuar una empresa.

Es cierto que mucha gente busca la trascendencia y dejar un legado que perdure. Pero todos debemos tener en cuenta que una herencia es un regalo, no un grillete, no una jaula. Puede ser una plataforma para seguir creciendo, para poder encontrar nuestro camino, no para renunciar a él.

Bastante se ha escrito al respecto, pero cada quien llenará las páginas de su propia historia y dejará su propio legado. Su propia herencia. De hecho, lo estamos haciendo a cada instante.

Gracias a quienes vinieron antes, gracias a quienes vendrán.

Buena caza guerreras y guerreros.