Obediencia y uniformidad. El sueño de casi todos los colegios alrededor del mundo, mi experiencia escolar al menos ha sido esa, la intención de un sistema “educativo” que no buscaba más que formar buenos universitarios que eventualmente seríamos buenos empleados. En una masa de 150 personas en cada promoción, casi 1,700 en total, donde supuestamente se recibía educación personalizada. Aunque soy crítico al respecto haber sido parte de este sistema irónicamente me permitió descubrir lo que es no encajar, ser diferente, tratar de ser uno mismo.
Es tal nuestro esfuerzo de encajar y pasar desapercibidos para no “molestar” a la colectividad que olvidamos lo importante que es ser uno mismo y explorar – descubrir nuestra individualidad.
Cuando armo un rompecabezas quiero que todo encaje, que todo sea igual, y lo mismo quieren muchas empresas e instituciones, gente dócil, “parecida” cuyo trato se pueda estandarizar, y hoy esto es especialmente importante porque ello va más fácilmente con el algoritmo.
No es fácil ser una misma, especialmente cuando la individualidad crea tensión con la colectividad, y no me refiero a que pueda llegar a ser dañina, sino a que desafía el statu quo, desafía paradigmas y eso incomoda al colectivo, especialmente a los grupos cuyos intereses se ven afectados. Por lo tanto, se tiende a la crítica, a desvalorizar lo diferente, menospreciarlo y eventualmente atenuarlo.
Y esa es la lucha a la que creo que todos nos enfrentamos, la tensión de ser nosotros mismos, soy creyente de que mis derechos terminan donde empiezan los de otra persona, pero aún ese espacio nos deja muchísimo para explorar. A quienes tendemos a habitar el mundo interior nos queda galopar y galopar hacia lo profundo de nuestro ser, y para quienes habitan el mundo exterior queda el explorar lugares, conocer personas, y todos aquellos objetos con los que establecerá un vínculo que reforzará esta individualidad.
Sin importar el camino la individualidad eventualmente enfrenta un punto de inflexión, cuando se revela ante la colectividad. Es un tira y afloja porque se dan espacios de negociación con grupos colectivos, especialmente los más cercanos, por ejemplo, si tu individualidad te empuja a ir con un disfraz a la boda de tu prima requerirán que cedas, o que te recorten de todas las fotos. Pero habrá batallas mucho más duras donde serás criticada por ser tú misma, recuerda que la mayoría de estas críticas son proyecciones de personas que critican de ti lo que en realidad no toleran de ellas mismas.
Otras críticas se vierten con buena intención, de gente que quiere evitarte la tensión que generas al ser tú, y recordemos que ser parte del grupo, del rebaño, durante muchos años fue un tema de supervivencia, un individuo que se aventurase sólo a lo desconocido corría un riesgo enorme de no volver con la tribu, pero ahora hay tribus que fomentan y respetan la individualidad sin sacrificar su identidad colectiva. Hoy ser diferente no necesariamente implica un peligro inminente.
Encajar y ser uno más del montón es una decisión que inconscientemente hemos tomado como especie durante muchos años, y nos ayudó, pero todo en lo que ha derivado nuestra civilización hoy nos permite poder elegir ser diferentes, encontrarnos, conocernos dentro de nuestra tribu. Millones de años de evolución para que hoy podamos darnos el lujo de saber quién soy, quien eres, quiénes somos.
Buena caza, guerreras y guerreros.