Contamos con un capital y debemos decidir si invertir en un proyecto propio o en el de otras personas. Dejando de lado que podemos invertir en nuestra formación/capacitación. Y enfocándonos en el aspecto corporativo, la cuestión es: ¿abro una empresa o invierto en la de alguien más?
Para responder esto debemos remontarnos a estos 3 elementos: Operación, Ejecución y Dirección.
Operar
La gran pregunta, ¿cuánto tiempo disponemos para operar en un nuevo proyecto? Si yo ya soy el CEO de una organización, ¿puedo dedicarle tiempo a un nuevo emprendimiento a nivel operativo?
En caso de no tener tiempo dentro de las 8 horas “tradicionales” evaluemos si estamos dispuestos a sacrificar tiempo extra para dedicarle atención a un nuevo conjunto de responsabilidades.
Responsabilidades que inicialmente serán pequeñas, pero a medida que el proyecto crezca requerirá más y más.
Si no podemos dedicarle tiempo, siempre se podrá contratar alguien que opere y lleve a cabo las actividades de la nueva empresa dedicándome yo a la ejecución.
Aquí debemos contemplar que contratar gente tiene otro set de responsabilidades, debemos crear una cultura organizacional.
Aparte, ya es un gasto en nuestro flujo de caja y parte de nuestra inversión se irá en esas remuneraciones. Y siempre queda el riesgo de que la gente que traigamos no rinda como esperamos y debamos estar al pendiente, apagando incendios en el peor de los casos.
Ejecución
Una cosa es operar, y otra es ejecutar. ¿Puedo dedicarle tiempo a un nivel ejecutivo?
¿Qué significa y cuál es la diferencia con el aspecto operativo? Operar es hacer, ejecutar es gestionar. Reduce la demanda de tiempo en el nuevo proyecto. En lugar de dedicarte a operar, el tiempo que le dediques se destinará a un rol más ejecutivo.
En estos casos podemos ver algunos CEOs de varias empresas simultáneamente. No es usual y también es muy demandante pero ya es algo factible.
Si no puedo dedicarme a nivel ejecutivo que buscar alguien a un nivel ejecutivo es más costoso aún que contratar alguien para la operación. Y confiamos en que sus decisiones sean las mejores para la organización.
Dirección
Establecer los lineamientos generales de la organización sin estar involucrado en su operación o ejecución. Dirección es un nivel de menor involucramiento, pero de igual responsabilidad, tal vez incluso un poco más.
Porque implica que el proyecto es nuestro, pero no podemos involucrarnos (justamente por la limitación de tiempo), es nuestra responsabilidad, pero ya estamos fuera de la operativa y de la ejecución. Un gran reto porque nuestra participación es fundamental, hay quienes piensan que al dirigir ya pueden desprenderse de la organización por completo.
Operar es hacer, ejecutar es gestionar y dirigir… bueno, es eso, dirigir. Marcar el norte de la organización y velar por llegar a la meta o lo más cerca posible.
Puede darse que de alejarnos mucho de la organización las cosas salgan de control y surja el llamado Conflicto de Agente Principal donde las personas a cargo de la ejecución busquen beneficiarse primero ellos en lugar de pensar en la Dirección también, que por estar alejada de la operativa no llegue a enterarse de este conflicto o lo haga cuando sea muy tarde.
Rendimientos y expectativas
Seguro esperábamos que esto sea lo primero que analicemos, comparar rendimientos y retornos. Respuesta de libro, pero algo real es analizar nuestro entorno tal cual es y saber si podemos dedicarnos a un nivel operativo, ejecutivo o directivo. Si no podemos establecernos en alguno de esos 3 deberemos considerar colocar nuestro capital en otros instrumentos, incluyendo la posibilidad de invertir en otros proyectos. Por ejemplo, como capital semilla o en la bolsa de valores local o alguna internacional.
Una vez alguien me dijo, ¿por qué invertir en otras personas si puedo invertir en mí? Suena egoísta, y puede interpretarse de muchas formas. Pero me lo dijo alguien que invirtió en su propia empresa, se dedicó a un nivel Ejecutivo inicialmente y luego Directivo y creció su patrimonio de $30,000 a $10 millones. Se sobrepuso al 93% del valle de la muerte, tuvo mucha suerte, pero resultó y deja qué pensar.
Por otro lado, gente que invirtó en organizaciones de otras personas y también incrementó tremendamente su patrimonio, por suerte, olfato de inversionista, etc.
Confirmando que las organizaciones (pese a su 93% de tasa de mortalidad) son la mejor fuente de crear valor y obtener rendimiento financiero). En este caso es tener la disponibilidad de asumir el riesgo. Y cumplir con el perfil para ello, pero de eso hablaremos en otro post.
¡Buena caza!