Hoy vamos a hablar de un tema muy importante que está afectando a la economía mundial: la crisis de Evergrande Group, el gigante inmobiliario chino que se declaró en bancarrota en Estados Unidos en agosto de este año.
¿Qué es Evergrande y por qué su caída podría tener consecuencias en todo el mundo?
Evergrande Group es una de las mayores empresas del sector inmobiliario en China y en el mundo.
Fue fundada en 1996 por Xu Jiayin, un empresario que se convirtió en uno de los hombres más ricos de China. Evergrande se dedicó a construir viviendas, oficinas, hoteles, centros comerciales y otros proyectos en más de 280 ciudades del país. También se expandió a otros negocios como parques de atracciones, embotelladoras de agua, vehículos eléctricos e incluso compró un equipo de fútbol, el Guangzhou FC. En 2018 era tan grande que llegó a ser la empresa inmobiliaria más valiosa del mundo.
Pero el problema fue que, para financiar su ambicioso plan de expansión, Evergrande recurrió al endeudamiento masivo. Según los datos recientes, la empresa tiene 300 mil millones de dólares en deudas,
lo que la convierte en la inmobiliaria más endeudada del mundo. Para pagar los intereses y devolver sus préstamos, Evergrande dependía de las ventas anticipadas de sus propiedades, es decir, cobrar a los compradores antes de terminar las obras. Sin embargo, en 2020 el gobierno chino empezó a aplicar medidas para frenar la burbuja inmobiliaria y limitar el endeudamiento de las empresas del sector. Estas medidas se conocen como las “tres líneas rojas”, las cuáles establecían reglas estrictas para acceder al crédito en el sector inmobiliario.
Evergrande era una de las que más incumplía estas normas, lo que le dificultó obtener nuevos créditos y refinanciar su deuda.
Además, la demanda de vivienda se enfrió por la desaceleración económica causada por la pandemia y la competencia de otras empresas más eficientes. Esto provocó que Evergrande tuviera problemas para vender sus propiedades y generar ingresos suficientes para pagar a sus acreedores, proveedores y empleados. Muchos de sus proyectos quedaron paralizados o retrasados, lo que generó protestas y demandas de los compradores afectados, que exigían la devolución de su dinero o la entrega de sus casas. Eso hizo que en 2021 incumpliera su primer pago de deuda en dólares y se la declarara en suspensión de pagos.
De ahí en adelante todo fue cuesta abajo para la empresa. Por más de que prometiera a comienzos de 2023 que se pondría al día con sus deudas este año,
en agosto de este año Evergrande anunció que podría no ser capaz de cumplir con todas sus obligaciones financieras y que estaba buscando soluciones para evitar el colapso como vimos al comienzo del video. Desde entonces, ha dejado de pagar algunos de sus bonos en el extranjero y ha entrado en un proceso de reestructuración de su deuda con las autoridades chinas. Se especula que este proceso podría incluir la venta de algunos activos o incluso la confiscación de parte del patrimonio personal del fundador.
¿Qué consecuencias tendría la quiebra de Evergrande para China y para el mundo? Algunos analistas temen que se produzca un efecto contagio que afecte al sistema financiero chino y global. En primer lugar, porque el sector inmobiliario aporta alrededor del 30% del PIB de China,
por lo que si comienzan a caer todas las empresas del sector la economía china se vería fuertemente afectada. Pero además Evergrande no solo debe dinero a los bancos, sino también a miles de inversores individuales, empresas proveedoras, contratistas y empleados. Si Evergrande no les paga, estos podrían tener problemas para pagar sus propias deudas o mantener sus negocios, lo que podría generar una cadena de impagos y quiebras.
Sin embargo, otros analistas son más optimistas y creen que el gobierno chino tiene los medios y la voluntad para evitar un escenario catastrófico. Ya sea que intervenga Evergrande dándole dinero o directamente quedándose con la empresa, o aplicando medidas para apoyar al sector inmobiliario y al sistema financiero. Pero lo que está claro es que el caso de Evergrande es una señal de alerta para el gobierno chino, que debe afrontar el desafío de equilibrar el crecimiento económico con la estabilidad financiera y social.