Una historia de cómo el dinero atrae más dinero.

Dinero

Alejandra siempre fue una fanática de los mundos emprendedor y financiero, y hace poco vivió de primera mano cómo el dinero atrae más dinero.

Ella lo empezó a vivir cuando sus socios le compraron su participación en la empresa que fundaron. Alejandra siempre tuvo una estrategia de salida y cuando pudo vender su parte de pronto, aparte de saborear la cosecha de todo su esfuerzo, recibió una suma sustancial de dinero. $750 mil era el monto que recibió, no algo millonario, pero sí para cambiar su situación financiera definitivamente.

A partir de ese momento vio cómo el dinero atrae, no solo aparecieron muchos “amigos” de la nada interesados en saber «cómo estaba», sino cómo el tener dinero ayuda a generar más ingresos o ahorros. ¿Cómo?

Ahora se vio en la posibilidad de hacer pagos anuales de gastos recurrentes, como por ejemplo, el colegio de sus hijos. Pagando la matrícula de todo el año recibió un descuento de 7%.

Aparte, por primera vez recibió correspondencia del banco en el que tenía su dinero agradeciéndole por la confianza y como símbolo de la misma le hicieron llegar un presente para decorar su hogar y un vino muy fino.

Al tener estas posibilidades financieras Alejandra decidió cambiar de auto, no se compró un Ferrari pero sí uno de gama alta, cuando fue a la concesionaria su agente de ventas estaba haciendo todos los cálculos para el plan de pagos considerando un préstamo bancario, pero Alejandra, al tener conocimiento en finanzas también hizo sus cálculos y se dio cuenta de que si el auto le iba a costar $68,000 los intereses que pagaría al banco sumarían casi otros $50,000 en 8 años. Por lo cual decidió pagar en efectivo y evitar así la necesidad de un préstamo bancario. Fue un egreso fuerte pero el ahorro lo valía.

Además, con parte de ese dinero ella pudo abrir una cuenta de inversión en una entidad regulada donde su dinero generaba un porcentaje razonable, alrededor del 6%. Y desde que se corrió la voz de la venta de sus acciones muchos emprendedores que buscaban capital semilla la empezaron a llamar para que invierta y, además, comparta su experiencia como emprendedora.

Y así el dinero llamaba más oportunidades de dinero y generaba más ahorros. Además de los múltiples gestos de entidades como bancos a fin de que ella se sienta mimada y mantenga su relación con ellos.

Ella fue muy responsable con el manejo de su dinero, no lo derrochó ni lo despilfarró y aprovechó cada oportunidad que se le presentaba ya sea para evitar pagar intereses (donde le era posible), o para generar ahorros. Tampoco se dejó engañar con que al comprar más ahorrabas más, siempre fue muy consciente de lo que necesitaba y era ahí donde le sacaba provecho.

Tampoco se dejó endulzar con regalos de instituciones y siempre hizo su trabajo por elegir las mejores opciones para ella y su familia. No por los presentes y regalos, sino por las mejores condiciones. Pero con mucha diligencia manejó su dinero. Y al día de hoy tiene planificado lanzar un nuevo emprendimiento que, espera, tenga impacto social en la ciudad en la que vive.

La anterior historia no encierra una lección moral sobre si es, o no, correcto este efecto de bola de nieve que se genera cuando el dinero empieza a atraer dinero. Solo retrata una posibilidad y así como salió de una manera, pudo haber salido de formas totalmente diferentes, donde Alejandra derrocha su dinero en banalidades y vuelve al punto de partida o incluso peor, endeuda y sin trabajo que le genere lo suficiente como para mantenerse a ella o su familia.

Pero es indudable que nos movemos en un sistema diseñado para “premiar” a quienes más tienen y darles más oportunidades de generar más. Habrá quienes lo juzguen como algo malo, que es una aberración que alguien viva del dinero que genera su dinero, otros como algo bueno, como un sistema que permite progreso y dinamismo, pero de momento es lo que es y así el dinero se vuelve un imán que trae más dinero y ahorros.

¡Buena caza!

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