Cuando estás empezando un proyecto usualmente estás tú o un equipo reducido de personas. La supervivencia en gran medida dependerá de la capacidad de hacer negocios, claro que ofrecer valor, otorgar algo que alguien quiere y cumplir lo prometido son piezas esenciales, pero nada sería posible sin aquel primer paso, el de cerrar un trato, el primer negocio. Creo que es un poco más que sólo vender, negociar es: representar, proponer, entregar y cumplir; un juego donde por supuesto que intervienen factores superficiales como la imagen, el prestigio, la historia, pero que es mucho más profundo que aquello. Es desarrollar una relación a largo plazo, generar vínculos donde buscas ganar y que la otra parte también lo haga. Todo con el propósito de hacer una diferencia.
Es fascinante hacer negocios, en mi caso es difícil decir que el motor solamente es la ambición o el dinero. Lo veo como una manera de conectar, de abrirse al mundo, de conocer gente que también trabaja duro para lograr sus metas, para marcar un hito y dejar un legado. Es una manera de otorgar valor, de ser un agente de cambio, porque el mercado al que entras cambia con tu presencia, y el objetivo es que sea para mejor, gracias a todos los que nos esforzamos por ello.
Por eso una emprendedora está tan emocionada al inicio de su viaje, porque está cerca de los negocios, aparte de que el equipo es ágil a veces se nos olvida el gusto de esa cercanía con la cliente y la proveedora. Cuando empezamos, nosotros atendemos las llamadas, vamos a dejar los pedidos, y creo que eso es parte de hacer negocios, el estar cerca. Pero con el pasar de los años eso se va perdiendo, porque es agotador, estar todo el tiempo en marcha, es tentador bajar un cambio y delegar esa labor a otra persona u equipo. Pero sin importar cuántas décadas pasen ni el tamaño de la organización, una líder debe seguir haciendo negocios, de expansión, nuevos productos, nuevas clientes, nuevos horizontes.
Parte del problema es la capa de burocracia que se tiende sobre los fundadores, ahora debes firmar y autorizar cheques, pagos, permisos y un sinfín de documentos. Algunos de ellos importantes claro, pero todos a costa del tiempo para hacer negocios. Se enjaula a la leona, ahora confinada a una oficina.
Mas el desarrollo de la tecnología ha supuesto una revolución para hacer negocios, ahora puedes contactar con quien sea desde tu celular o computadora sin necesidad de viajar miles de kilómetros para iniciar esa relación comercial. Contamos con plataformas digitales que facilitan la interconexión con tu próximo gran cliente. Hay negocios que escalan a millones de usuarios sin siquiera conocer quién utiliza sus servicios, mas no por ello están exentos de hacer negocios, aunque lo hagan para vender nuestros datos a la mejor postora en algunos casos. Ya estaremos hablando sobre la ética dentro del mundo de los negocios.
Independientemente del rubro, toda organización necesita esa chispa, esa primera conexión, con ardor suficiente para perdurar, con chapa de legado. Esa chispa a la que la tecnología ayuda, pero no reemplaza. La chispa de hacer negocios, de contactar, proponer, ceder y avanzar.
Quienes tienen sus organizaciones o quienes las están empezando, sepan que esa chispa está en ustedes, está ahí en su ADN, el salir a la batalla por un lugar en el mundo, por posicionar sus marcas en los corazones de las personas, no a través de la publicidad engañosa ni tácticas dudosas de ventas, sino a través de un esfuerzo genuino por conectar, por aprovechar oportunidades y así, eventualmente, por dejar huella.
Haciendo negocios se pone a prueba nuestro producto o servicio, nuestras habilidades inclusive, meses o incluso años de esfuerzo salen a la luz, al momento de la verdad. Esa zambullida es difícil, no siempre oirás palabras reconfortantes, a veces se recibirá un portazo y nada más, pero podrás mantenerte a flote. Si debes hacer ajustes, los harás, si debes empezar de nuevo, empezarás, pero no perderás ese fuego dentro que te impulsa a seguir avanzando, porque esa chispa ha permitido construir realidades extraordinarias y mucho de nuestra civilización se lo debe, todo gracias al primer paso de muchas personas. Solo negocios.
Buena caza, guerreras y guerreros.