Introducción
Empleada es aquella persona a la que una organización (u otra persona) está empleando para una labor, un trabajo. He sido colaborador por una década, es un gran reto y una aventura, pero también algo que ya no responde a lo que el mundo necesita.
Empleado es una palabra que personalmente me desagrada y he cambiado por la de “colaboradores”, lastimosamente aún es muy común entre las organizaciones.
Su importancia
Finalmente, la organización o empresa es un conjunto de personas persiguiendo un objetivo en común. Por lo cual, una organización vendría a ser un conjunto de empleados o colaboradores sin la cual no existe.
Pero siendo la esencia del tejido empresarial de todo el mundo, cometemos el gran de error de pensar en las personas como recursos, como activos que hay que controlar, exprimir y de los cuales debemos obtener el máximo rendimiento.
Ahora, a fin de acomodarnos a tiempos modernos, gestionamos no a las personas, sino su talento. Otro nombre para la misma canción.
Hablamos de ser una gran familia, pero no creo que a nuestros tíos les revisemos en la puerta si se están llevando una pieza de la vajilla o un cubierto de plata al irse luego de una reunión.
La comodidad del sistema
Alrededor de este tema de la empleabilidad se ha generado un ambiente amenazador que evita el desarrollo de la empresa y al mismo tiempo del colaborador. Porque todos nos hemos conformado con un modelo que nació hace más de un siglo, el de pagar un monto fijo que es lo máximo que está dispuesta a pagar la organización y que es lo mínimo que está dispuesto a recibir un colaborador, por un trabajo “fijo” en un mundo tan cambiante como el de hoy en día.
Todos nos hemos acostumbrado a pagar y a recibir algo fijo de manera mensual. Un salario, confortable y conveniente, seguro siempre pensaremos como colaboradores que no es suficiente, y como organizaciones que puede “optimizarse” y reducirse.
Pero que finalmente aceptamos por ser lo más cómodo, no creamos espacios donde tengamos que desplegar las alas y como empleados mayormente preferimos no usarlas si alguna vez nos topamos con dichos espacios. El reto viene en ambos sentidos y debemos afrontarlo todos.
Conclusiones
No hablo de utopías, sino de asumir la responsabilidad que le corresponde a cada líder. De aceptar que el bienestar de los colaboradores no se puede delegar a un “departamento” o área de Gestión Humana, Gestión del Talento, de Personas o como queramos llamarle. Ese departamento debe estar a cargo de que las planillas estén correctas, que se cumpla todo lo exigido por la ley, que todo esté en orden en ese sentido.
Pero la responsabilidad de que los colaboradores estén motivados y alineados es de cada líder. Yo no promuevo el paternalismo, de eso hablaré en otro post; Hablo de que como líderes debemos crear un ambiente de bienestar, de desafíos profesionales, de metas conjuntas y dar la suficiente libertad y autonomía a gente adulta para que sean lo mejor que pueden ser.
No hacerlo también afecta a los colaboradores, porque su carrera profesional pasa sin que hayan (hayamos) tenido chance de haber alzado vuelo, y eso no afecta a nadie más que a uno mismo.
Debemos crear los espacios para abrir las alas, y cuando llegue el momento ser suficientemente maduros para hacerlo.
Te deseo lo mejor.
Buena caza, guerreras y guerreros.