Decir que no y descartar cosas es tan importante como lo es concretar proyectos. Tenemos una reserva limitada de dinero, tiempo y de energía. Decir que sí a cualquier posible proyecto y comprometernos a tratar de hacer todo es tan contraproducente como no tener ninguno en carpeta. Parece sencillo, pero es extraordinariamente difícil.
Para el caso de negocios cada proyecto requerirá tiempo, elaborar cotizaciones, preparar documentación, hacer seguimiento, y otras pequeñas actividades de por medio. Si tú aceptas una cantidad desmesurada de proyectos poco a poco la maquinaria productiva dejará de ser ligera y eficiente y es posible que vayas descuidando algunos proyectos. No importa que tan productivo sea tu sistema, si dices que sí a cada prospecto, o peor, si cambias tu propuesta de valor en función a cada uno de esos prospectos tendrás un lío entre manos. Enfócate en los proyectos más prometedores y en los que estén mejor alineados con lo que ofreces y lo que buscas lograr.
Es importante mencionar que no descartes proyectos a priori sin una buena evaluación, esta es la parte difícil, pero si tomas una mala decisión puedes estar perdiendo negocios cuantiosos. Pero es el riesgo que se debe correr puesto que, al tener recursos limitados, atender todo resultará en desatenderlo todo.
No subestimes negocios pequeños, el tamaño no debe ser un referente, puesto que negocios aparentemente pequeños pueden resultar en infinitas posibilidades. Yo sugiero guiarse por qué tan alineados están los prospectos en base a lo que ofrecemos, es decir, aquellos proyectos que exigen menos modificaciones, para mí, tienen mejor perfil que uno que me exige modificar en gran medida mis productos o servicios.
Escucha tu instinto, también creo que cuando vas avanzando en cada proyecto vas conociendo más a tus posibles socios, notas qué tan interesados están y con algunos existe mayor afinidad. Escucha tu instinto y mantén aquellos proyectos que resuenan mejor contigo, tu organización y tus productos.
No tiene nada de malo decir que no, hablaremos en otro post en la capacidad de generar nuevos prospectos y posibles negocios, y mientras mejor desarrollada tengas esta habilidad más fácil será evaluar y descartar proyectos.
Todas las ideas y proyectos en papel parecen ser buenos, pero solo cuando empiezan a ejecutarse valen algo. Ser más dilecto con tus proyectos te permita lograr justamente ello y hacer un uso eficiente de tus recursos como dinero, tiempo y energía. Que todos tenemos de manera limitada y de las cuales debemos hacer el mejor uso, otorgándonos el derecho de poder descartar proyectos que no suman valor ni resuenan con nosotros.
Buena caza, guerreras y guerreros.